Se dice que el 21 de diciembre del año 2012 se cumplirá el fin del décimo tercer Baktún que es la unidad más larga del sistema de calendarios mayas (144,000 días) y que como consecuencia, el mundo, tal y como lo conocemos hoy, finalizará después de ese último período.
Dicha fecha, por sí sola transforma a Guatemala, cuna de la civilización Maya, en centro del mundo de interpretaciones, vaticinios, esperanzas y revuelo, pues se habla, según quien lo interprete, de la fecha del fin del planeta, de la fecha que marca el inicio de un nuevo Baktún o de la fecha de la transformación de la sociedad, cuando esta reciba la luz del conocimiento desde el corazón de la galaxia y despierten los cuerpos de luz de los hombres y estos trasciendan sus sombras.
Sin el ánimo de minimizar o polemizar sobre tan trascendentes profecías y sobre todo dejando claro que no soy más que un aficionado en esta materia, resulta interesante pensar con orgullo y en todo caso nostalgia sobre cómo fue posible haber perdido el rumbo que llevaban nuestros antepasados en conocimientos, ciencias y civilización, en qué momento nos alejamos de esos hombres que cuando sus contemporáneos en la Tierra se mataban entre sí, ellos se dedicaban ya a explorar las estrellas, eran conscientes de la trascendencia del tiempo y conocedores de la importancia del cero. Sin importar la interpretación que cada uno dé al significado del final del treceavo Baktún y sin considerar si nos debemos de despedir del mundo porque será destruido o bien alegrarnos por el advenimiento de una nueva era en la que el hombre dejará las sombras, es importante estudiar, aprender y compartir con propios y extraños sobre la relevancia del año que se avecina y sentirnos orgullosos de que en el corazón del mundo Maya, nuestra Guatemala, hace miles de años se tenían conocimientos y se trazaban estudios de tal nivel que hoy equivaldrían a los retos del hombre por llegar a Marte. El año 2012 está a unas horas, la distancia entre los hombres dueños de aquellas ideas y nosotros sus descendientes parecen estar a años luz y resulta interesante entonces proponer como meta del 2012 el retomar el camino, si es necesario retroceder, hasta encontrar la bifurcación en donde tomamos la senda equivocada, perdimos nuestra identidad y nos dedicamos a ver mejor a otros en lugar de apreciar lo nuestro. No me considero una persona que crea en profecías o augurios pero sí creo en las oportunidades y esta que se avecina es muy importante para nuestro país, el final del treceavo Baktún vendrá en nuestro calendario gregoriano el 21 de diciembre del 2012, preparémonos para recibirlo, la civilización Maya no tiene su cuna en Asia o Europa, está aquí diseminada por toda Guatemala, aprendamos sobre ella, visitemos sus ciudades y celebremos, como propia, la venida del fin de los tiempos y del mundo como lo conocemos hasta ahora. ¡Feliz año 2012!