Una quinceañera apetecida


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“¡Eppur si muove! ¡Sin embargo, se mueve!” Galileo, Galilei (1564-1642).

Se celebraron los quince años del Acuerdo de Paz firme y duradera firmado entre representantes del Gobierno y de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca URNG el 29 de diciembre de 1996. En teorí­a este Acuerdo puso fin al conflicto interno que durante más de tres décadas y media azotó al paí­s, dejó un saldo de cientos de miles de ví­ctimas y provocó un desgarre del tejido social que al dí­a de hoy, mantiene polarizada a la sociedad y sin resolver los agudos problemas económicos, polí­ticos, sociales y culturales que fueron la génesis de la lucha armada.

Factor Méndez Doninelli

 


Quince años después de concluir el conflicto y la guerra, las condiciones del paí­s y de la población no son las mejores y la tan ansiada PAZ, sigue siendo un objetivo, por ahora, inalcanzable, utópico. El objetivo de lograr la paz social, es un simple buen deseo de muchos, que se tropieza con la escasa voluntad polí­tica de unos pocos, quienes hasta ahora, han sido los responsables de impedir avances en el cumplimiento de los compromisos integrales asumidos en el conjunto de los Acuerdos de Paz. En otras palabras, los Acuerdos sustantivos que son los que dan contenido a la construcción de la PAZ, han sido postergados, marginados y casi olvidados, me refiero por ejemplo, a los Acuerdos sobre “identidad y derechos de los pueblos indí­genas”; “situación socioeconómica y cuestión agraria”; “fortalecimiento del poder civil y función del Ejército en una sociedad democrática”.

Ninguna de las cuatro anteriores administraciones gubernamentales que desde 1996 han ejercido el poder público, mostró la voluntad polí­tica que se requiere para  impulsar el cumplimiento de los Acuerdos de PAZ y menos de construir las condiciones para lograr una “paz firme y duradera”, figura a la que aspira el conjunto societal pero que en el imaginario colectivo aparece aún muy distante de conseguir.

En la actualidad el paí­s está peor que antes, es decir, estamos imitando al cangrejo, caminando para atrás, retrocediendo en vez de avanzar. Alta desnutrición crónica infantil y tasa de mortalidad materna infantil; elevados í­ndices de desempleo, subempleo, bajos salarios y explotación laboral; escasa seguridad social; analfabetismo; déficit de viviendas; deficientes servicios de salud; escasez de medicamentos; ampliación de la pobreza y pobreza extrema, es decir, cada dí­a es más extensa y profunda la brecha que nos aleja de la PAZ.

Desde luego que hay avances, tí­midos, pero avances, no obstante son mí­nimos, hace falta mucho por hacer; quizá pensando en cómo avanzar más, el Gobierno que asumirá el 14 de enero 2012, ha anticipado que relanzará los Acuerdos de Paz, un anuncio que genera optimismo, que espero se concrete con voluntad polí­tica real. No olvidar que el próximo gobernante es un actor protagónico del proceso de negociación y de la firma de los Acuerdos de PAZ, por tanto, su decisión de retomar la ruta señalada en estos acuerdos, es un compromiso acertado. Hay que estar atentos a sus actuaciones.

¡Eppur si muove!, sí­ señores, lentamente, lentamente, pero se mueve. Hasta ahora, quince años después de terminada la guerra, la PAZ es una quinceañera apetecida que nadie ha logrado conquistar, pero hay que perseverar. ¡Feliz Año Nuevo humanidad!

P.S. 1 enero 2012, aniversario 53 del triunfo de la REVOLUCIí“N CUBANA, paradigma de heroí­smo y dignidad en América Latina y el mundo. ¡VIVA CUBA Y SU REVOLUCIí“N!