Unos 3.000 cubanos, que conmemoraron este lunes en La Habana el 46 aniversario aniversario de la proclamación del socialismo en su país, exigieron a Estados Unidos que juzgue al anticastrista Luis Posada Carriles.
El acto se realizó en la esquina de las calles 23 y 12 de la Habana, el mismo lugar donde en 1961 el ahora convaleciente presidente Fidel Castro proclamó el carácter socialista de su revolución, entre el mar de fusiles en alto de milicianos que participaban en el sepelio de las víctimas de un bombardeo anticastrista el día anterior.
«Lo que no pueden perdonarnos (es) que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!», dijo Castro en aquella ocasión, recordado este lunes en la portada del diario oficial Granma.
Veteranos con sus uniformes militares verde oliva y otros participantes pidieron que sea juzgado Posada Carriles, detenido hace casi dos años en Estados Unidos y cuya libertad condicional fue decretada hace 10 días por una jueza federal, aunque aún no consumada.
El propio Castro, convaleciente hace ocho meses y medio de la crisis intestinal que lo separó del poder de manera transitoria, reaccionó con un artículo de prensa el pasado 11 de abril en el que culpó al presidente George Bush de esa posible liberación.
Decenas de actos y mítines públicos tuvieron lugar durante la pasada semana en centros de trabajo y de estudios en todo Cuba, contra la liberación de Posada Carriles, acusado por Cuba y Venezuela de terrorismo.
Más de 150 intelectuales, básicamente de América y Europa, suscribieron un manifiesto publicado este lunes donde solicitan a Estados Unidos que Posada sea juzgado «por sus crímenes».
Grandes vallas con foto de Posada y la leyenda «Cuba lo condena por asesino» han sido instaladas en La Habana, mientras que los medios acusan a Washington de hacer del caso «un show», todavía inconcluso.
Posada Carrilles, de 79 años y quien también tiene la nacionalidad venezolana, es reclamado por la justicia de Venezuela por la voladura de un avión comercial cubano en 1976, en el cual perecieron 73 personas, atentado que habría sido planeado desde ese país.
Cuba le imputa también la responsabilidad intelectual de una cadena de atentados con bombas en hoteles cubanos en 1997, que le provocó la muerte a un turista italiano y heridas a varias personas, así como planes para asesinar a Castro.