¡Vaya regalito navideño el del gobierno!


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Cuando lo leí­ no le di crédito a mis ojos, ¿cómo va a ser eso que un funcionario de la categorí­a de Contralor General de Cuentas de la nación pueda autorecetarse un incremento salarial del ciento por ciento y que los demás reciban migajas y consentir semejante desatino?

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

 


Estoy seguro que cuando a la señora Contralora, de eso no hace mucho por cierto, le hablaron de la posibilidad de ocupar tan elevado cargo, la posición y la remuneración despertó su ambición y más corriendo que andando aceptó gustosa la idea, ¿entonces, por favor no salgan diciendo que habí­a que nivelar su salario y que sus responsabilidades son tan grandes que un sueldo de pinches Q35 mil mensuales le parecí­an muy poco?

Pero no solo ella, tres de sus abnegados y mal pagados colaboradores también se autorecetaron el aumentito a partir del domingo entrante, eso sí­, el resto de empleados y funcionarios de la Contralorí­a con seguridad han de ganar más de lo necesario por cuanto el gobierno de la “solidaridad” no los tomó en cuenta. Vean qué caso. Ahora  cabe preguntar: ¿creerá la titular de ese despacho, que la población va a recibir con beneplácito la movida, poniéndose a pensar que el seguimiento de las causas por el mal manejo de los fondos públicos del gobierno de Colom y compañí­a “si te vi, no me acuerdo”?

Creo que hay que decirlo a tiempo, medidas como estas son un  tapaboca para quienes se les ocurra decir que el gobierno de Colom fue honesto, honrado y capaz durante su administración. Igual cosa le ocurrió a Alfonso Portillo, pocos, contados con los dedos de la mano, mantienen el desvarí­o de asegurar que quien ahora está en la cárcel trabajó por el pueblo, cuando ha quedado a la vista que todo lo hizo en beneficio propio, aunque a la postre no le hayan dado buenos resultados las movidas en su tablero de ajedrez polí­tico.

Con la raspada que le han dado a la olla gubernamental Colom y compañí­a no cabe ya ninguna duda que dejaron chiquitos a sus antecesores. Aquellos acres reclamos que le hicimos a su debido tiempo a Ydí­goras, Lucas, Cerezo, Serrano, Portillo y tantos más por el mal manejo de los fondos públicos, prácticamente palidecieron ante lo visto durante los últimos cuatro años, sintiendo que fueron siglos, por el descalabro financiero en que dejan al paí­s y, en vez de reducirnos el temor de quedarnos en la calle, más se acrecienta cuando vemos que faltan todaví­a quince dí­as para que por fin entreguen el mando.
    Para terminar, les dejo a los estimados lectores el encargo de hacer  la siguiente reflexión: ¿cuánto se hubiera gastado Colom si en verdad su gobierno hubiera alcanzado logros en sus cuatro años, ya que a pesar de su inocultable déficit está erogando a todo vapor Q11 millones para publicitarlo?