En nuestro idioma, despilfarrar significa malgastar, o malbaratar el dinero en gastos innecesarios. Y eso es lo que desafortunadamente está ocurriendo en la última etapa del gobierno del presidente ílvaro Colom, tal lo que se desprende de informaciones difundidas ayer por varios noticieros y que sospechosamente fueron ignoradas por algunos medios de comunicación alineados con el oficialismo.
De acuerdo con las versiones en referencia, la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia de la República dispondrá de 30 millones de quetzales adicionales en su presupuesto en la fase final de la actual administración gubernativa.
Según declaraciones atribuidas al titular de esa Secretaría, tal dependencia tenía asignados 83 millones de quetzales, pero con este nuevo aporte, el monto subirá a 113 millones de quetzales.
El funcionario habría explicado que, una parte de estos nuevos recursos se destinará a saldar diversas deudas pendientes con medios de comunicación, y el resto se utilizará para cubrir actividades de propaganda que son algunas de las funciones de tal oficina de la Presidencia.
De conformidad con los informes oficiales, los 30 millones adicionales, provienen de asignaciones presupuestarias de algunos Ministerios de Estado, que por diferentes razones no fueron ejecutadas durante el presente ejercicio fiscal.
Asimismo, también se conocieron informaciones provenientes del sector gubernativo, sobre que en las celebraciones mañana jueves 29 de diciembre de los 15 años de la firma de la paz entre el Gobierno de la República y la guerrilla izquierdista, se gastarán alrededor de 300 mil quetzales.
El contraste es que mientras en las oficinas de la Presidencia de la República se dispone de fuertes sumas de dinero para gastar a manos llenas, muchos maestros y empleados administrativos del ramo de Educación, pasaron una amarga Navidad, pues hasta ayer les pagaron sus salarios atrasados y el aguinaldo.
También es frustrante la revelación de que por falta de fondos, en diferentes áreas del Hospital General de la capital de Guatemala, se carece de extinguidores para enfrentar el riesgo de incendios. Ello sumado a las frecuentes crisis que la red hospitalaria tuvo este año por limitaciones de carácter presupuestal.
Los trabajadores del ramo de salud, también están reclamando fondos para mejoras salariales y para los hospitales.
Todo este contraste hace recordar la fábula de las ovejas. Mientras el zacate crecía y verdecía, las ovejas se morían de hambre. Eso es lo que está ocurriendo en el actual gobierno, perdiendo la poca confianza que los guatemaltecos mantenían, esfumándose el último suspiro de esperanza que quedaba.