Los presidentes de países de Sudamérica celebran hoy su I Cumbre Energética para evaluar el estado de los recursos de la región, como el petróleo, el gas y los biocombustibles, para destinarlos a combatir la pobreza y los desequilibrios económicos.
Reunidos en la Isla de Margarita en el Caribe venezolano, los mandatarios sudamericanos buscaron consensos desde el lunes en temas como la creación del Banco del Sur y bajaron el tono al debate sobre los biocombustibles, como el etanol, criticados por Venezuela.
Venezuela anunció que los presidentes decidieron en una reunión informal el lunes darle el nombre de UNASUR a la que hasta ahora se llamaba Comunidad Sudamericana de Naciones, creada en la III Cumbre Sudamericana de Cuzco, en agosto de 2004.
«Decidimos el nombre que le vamos a dar: UNASUR, Unión de Naciones Sudamericanas. Es un nombre de consenso: UNA y SUR», y crear una secretaría ejecutiva permanente en Quito, dijo el presidente Hugo Chávez.
Otro tema presente en los debates fue la incorporación de Brasil «con derecho pleno» a la discusión técnica y económica para crear un Banco del Sur, anunció la noche del lunes el ministro de Finanzas venezolano, Rodrigo Cabezas.
La declaración fue hecha poco después de que el asesor internacional del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, Marco Aurelio García, planteara que Brasil no está interesado en participar del Banco del Sur propuesto por Venezuela y lanzado en febrero junto con Argentina si no participa de la elaboración del proyecto.
«No vamos a comernos un plato ya hecho, queremos ir a la cocina y participar de la elaboración de ese plato», aseguró García.
El tema de la integración mediante la construcción del llamado Gran Gasoducto del Sur que propone Venezuela y el impulso a los biocombustibles que Brasil quiere llevar al resto de la región, gravitaron en las jornadas previas a la cita.
Pero las reuniones sirvieron también para bajarle el tono a la polémica del etanol, duramente criticado por Venezuela, luego de que Brasil suscribió en Sao Paulo un memorándum de entendimiento para el fomento del combustible verde brasileño, en especial en América Central y el Caribe.
El etanol es complementario al petróleo, afirmó el lunes en una breve declaración a la prensa el presidente venezolano, Hugo Chávez. «Nosotros sólo alertamos sobre la propuesta (del presidente estadounidense George W.) Bush, que es muy distinto a lo que Brasil (ha venido haciendo en materia de etanol, que) se trata de una energía complementaria al petróleo», argumentó Chávez.
Cuba y Venezuela consideran que el etanol puede llevar a una reducción de tierras destinadas a alimentos.
En cuanto al gas, los mandatarios también evaluaron la noche del lunes los alcances de una organización de países productores y exportadores de gas en una reunión privada.
En marzo último, Venezuela, Bolivia y Argentina firmaron un tratado para establecer la Organización de Países Productores y Exportadores de Gas de Suramérica (Oppegasur) a la cual pidieron que se sumen otros países.
Venezuela pretende abastecer con sus infraexplotadas reservas de gas a la región, comenzando por Brasil, con un descomunal gasoducto de unos 8.000 km, que genera preguntas sobre medio ambiente y la viabilidad del negocio, que finalizaría en 2017, con inversiones calculadas en 23.000 millones de dólares.
No obstante, el presidente de la estatal brasileña Petrobrás, Sergio Gabrielli, dijo a la AFP que se trata de «estudios preliminares, sobre el gasoducto tenemos más de 50 técnicos trabajando en el tema, es muy temprano para saber esas cifras (longitud e inversión), en total son 100 técnicos entre Brasil y Venezuela».
El presidente Chávez dijo el lunes que la demanda de gas en los próximos 15 años aumentará en 62% a nivel mundial y 127% a escala latinoamericana.
Al encuentro asisten los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner; Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva; Bolivia, Evo Morales; Colombia, Alvaro Uribe; Chile, Michelle Bachelet; Ecuador, Rafael Correa; Paraguay, Nicanor Duarte; Venezuela, Hugo Chávez; el vicepresidente uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, el ministro delegado de Surinam, Gregory Rusland y el primer ministro guyanés, Sam Hinds.