Los presidentes de Sudamérica se reúnen hoy en vísperas de la I Cumbre Energética regional en la venezolana Isla Margarita, para buscar consensos en su agenda que incluye el Banco del Sur, un Gran Gasoducto regional y el desarrollo de los biocombustibles.
En el encuentro informal, los presidentes podrán afinar acuerdos hacia la Cumbre y pasar revista a temas de la Comunidad Sudamericana de Naciones, como la creación del Banco del Sur lanzado en febrero por Venezuela y Argentina con el que la región podría financiar la integración.
Brasil, la mayor economía sudamericana, aceptó en vísperas de la cumbre integrar ese Banco del Sur al que había sido reticente y ahora falta apenas la adhesión formal del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, informó el sábado el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega.
«Estamos abiertos a las observaciones, siempre que se preserve la estrategia del Banco del Sur y lo que lo motiva, que es financiar la integración y eludir el perverso mecanismo de pedir prestado al Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial (BM)», dijo a la AFP el presidente del Banco de Comercio Exterior venezolano y vicecanciller, Rodolfo Sanz.
Dos grandes opciones para la integración energética serán presentadas a la cumbre: la construcción del llamado Gran Gasoducto del Sur que propone Venezuela, y el impulso a los biocombustibles, especialmente el etanol a partir de la caña de azúcar, complementario a la gasolina que Brasil quiere llevar al resto de la región.
Venezuela pretende abastecer con sus infraexplotadas reservas de gas al resto de la región, comenzando por Brasil, con su descomunal Gasoducto, que ha levantado reservas medioambientales y sobre la viabilidad del negocio, que se prevé de una extensión de más de 8.000 km, e inversiones de 20.000 millones de dólares.
El presidente Lula, por su parte, ya indicó que pretende llevar a la cumbre su etanol: «tenemos una inmensidad de territorio, no solamente en Brasil, sino en todos los países de Suramérica» para producir biodiesel y etanol, dijo.
Lula también responderá a las críticas de Cuba y Venezuela que consideran que el etanol puede llevar a una reducción de tierras destinadas a alimentos.
«La energía es uno de los principales elementos para que haya una integración efectiva en Sudamérica», afirmó Lula poco antes de viajar a Venezuela.
Los presidentes, en su mayoría de izquierda, han indicado que la perspectiva del desarrollo y combate a la pobreza será uno de los elementos de la integración energética.
El presidente Lula afirmó el lunes en su programa semanal de radio que se debe «establecer una política de integración que permita que un país ayude a suplir las necesidades del otro en lo que respecta a energía».
El vicepresidente de Uruguay, Nin Noboa, pidió el domingo al llegar a Venezuela una integración energética con «espíritu de solidaridad» de los países ricos en energía con los que no tienen hidrocarburos.
La cumbre también será escenario de varios encuentros en paralelo para ventilar temas bilaterales, como la reciente controversia entre Chile y Venezuela, originada por una declaración del senado chileno por la decisión de Caracas de no renovar la concesión al canal privado RCTV.
Por primera vez, presidentes de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay (vicepresidente) y Venezuela, junto con Trinidad y Tobago como invitado, estudiarán el estado de sus recursos en petróleo, gas, biocombustibles, electricidad y energías alternativas en Sudamérica.
La Cumbre se realiza con un nuevo panorama de la energía en la región, que vive grandes cambios en esa área, como el despunte de los biocombustibles, las políticas nacionalizadoras y la necesidad de soluciones para evitar desabastecimiento, sobre todo en el cono sur.
América Latina es una región muy rica en recursos energéticos, que apenas ha utilizado 26% de su potencial hídrico, con reservas de gas probadas para los próximos 31 o 32 años, petróleo para 35, y con buenas posibilidades de descubrir más, según la Organización Latinoamericana de la Energía (Olade).