La responsabilidad


Editorial_LH

Todo ser humano es responsable por sus actos, buenos o malos, y cada uno de ellos tiene consecuencias. Desde el punto de vista legal, hay dos clases de responsabilidad y uno tiene que asumir las consecuencias civiles y/o penales por acciones cometidas en perjuicio de terceros.

Civilmente el que perjudicó a terceros tiene obligación de resarcir el daño causado y para el efecto hay un procedimiento en el que se establece no sólo la reposición de cualquier pérdida provocada, sino también el resarcimiento por los daños y perjuicios que pudieron causarse.

 


 Penalmente el castigo es una condena a prisión por violar alguna ley y es corriente que una persona condenada por la comisión de un delito, tenga además que asumir las responsabilidades civiles derivadas del hecho ilí­cito perpetrado.
 
 Viene a cuento lo anterior porque en su defensa los implicados en el caso Bancafé han juntado a varios abogados que insisten en que es un caso que se debe resolver por la ví­a civil y que el Ministerio Público actuó mal al presentar la acción penal en contra de los sindicados. La verdad, desde el punto de vista legal, es que si la Fiscalí­a establece que hubo algún delito, en este caso podrí­a ser de estafa, no necesariamente tiene que esperar a que termine el proceso por la ví­a civil porque se trata de responsabilidades distintas. Una cosa es la obligación de devolver el dinero a los ahorrantes que fueron burlados y que perdieron todos sus depósitos, más los daños y perjuicios que les pudo provocar el manejo irresponsable de dinero ajeno por parte de banqueros que eran depositarios de la confianza de sus clientes, y otra muy distinta es, si se prueba de manera fehaciente, la comisión del delito de estafa. El artí­culo 271 del Código Penal habla especí­ficamente de la responsabilidad de los auditores, contadores, expertos, directores, gerentes, liquidadores o empleados de entidad bancaria que engañen al público.
 
 El sábado decí­amos que lo más selecto y granado de nuestro foro estará a disposición de los sindicados en el caso Bancafé y así­ ha resultado. El Ministerio Público tendrá que lidiar no sólo con un selecto grupo de abogados que tratan de convencer a la opinión pública que es una conspiración de la fiscalí­a, un show publicitario, y tendrán amplia repercusión en los medios de comunicación.
 
 Pero hay un hecho concreto y es que la justicia en Guatemala nunca ha servido para castigar ciertos delitos cometidos con cuello blanco y lo que está a prueba ahora es si la impunidad persiste, si la impunidad sigue siendo el manto para proteger a malos banqueros que deshonran una actividad que por definición y principio debe ser honorable, o el reclamo de los afectados por actos criminales al fin será escuchado.

Minutero:
Otros paí­ses del mundo 
han cambiado en este año; 
mientras haya tanto dundo 
no nos llamemos a engaño