Servicio Civil, urgente necesidad


JORGE_ANDRINO

Uno de los temas más importantes para la administración de un Estado es el desarrollo del talento humano, recurso indispensable para cualquier paí­s, sobre todo aquél que requiere de la prestación de servicios públicos para la población de manera recurrente y efectiva. Es indispensable que el nuevo gobierno, retome una agenda de polí­tica pública que incluya nuevos ejes de modernización estatal, implementando procesos de fortalecimiento institucional y que empiece por la creación de un verdadero sistema de recursos humanos para su funcionamiento, es decir, un nuevo sistema de servicio civil.

Jorge Mario Andrino Grotewold

 


Esta semana tuve el agrado de recibir la invitación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO– para disertar conjuntamente con otros dos excelentes ponentes, ambos exministros de Trabajo, sobre el tema de la situación actual y reforma del servicio civil. La audiencia fue un grupo seleccionado de servidores públicos de distintos ministerios de Estado, principalmente vinculados a la temática de recursos humanos y a las áreas legales.  Con distintas variables, los tres ponentes coincidimos en expresar dos elementos fundamentales: el primero, la gran necesidad de alcanzar un servicio civil efectivo para Guatemala; y el segundo, como los distintos intentos (incluyendo el que realizó el gobierno actual) han sido insuficientes, ante un tema que aparenta poco o ningún grado de conflictividad, pero que al desarrollar cada uno de los impactos o repercusiones que tiene, tanto polí­ticos como malos servidores públicos han inclinado la balanza hacia el continuismo de un grupo de normas, instituciones y reglas antiguas e ineficientes, que tienen sembrado al recurso humano estatal con mala reputación, prácticas ineficientes y pocos resultados.

Pero ser servidores públicos significa una vida de sacrificio y trabajo honesto, con mí­stica de ser útil para otros, y cero tolerancia a los actos de corrupción. Por eso se necesita que constantemente estén capacitados, con incentivos diversos (sueldos y reiteraciones positivas) y además de ello, con evaluaciones periódicas, que orienten a la prestación de servicios públicos efectivos. Pero para ello debe lograr atraer, retener e incentivar a un recurso humano de calidad, tal y como sucede en otros paí­ses.

Actualmente Guatemala es uno de los dos paí­ses americanos que no cuentan con un servicio civil estructurado y actualizado, quedando rezagados en procesos de gestión administrativa, pero por sobre todo, incide altamente en todos los procesos de desarrollo del paí­s, pues con una pobre gestión administrativa y un servicio civil debilitado, afloran los problemas de discrecionalidad que conllevan regularmente a los actos de corrupción y otros males como la falta de una atención de calidad en los servicios públicos. Si a eso le añadimos los tradicionales problemas de presupuesto y ausencia de una planificación adecuada, la conclusión inequí­voca es que el camino es cuesta arriba.

El servicio civil necesita además de la atención adecuada, una fuerte institucionalidad representada por una entidad rectora, misión que no le alcanza a la ONSEC, principalmente por una ausencia de su marco legal, pero también por la forma en que su estructura funciona.  Conjuntamente con ello, el uso de la tecnologí­a para alcanzar mecanismos de gestión y de control es inevitable en la actualidad y extraordinariamente útil, pero no solamente para coordinar aspectos de planilla con el Ministerio de Finanzas Públicas, sino también debe servir para desarrollar sus funciones con todo el sector público, dejando a un lado esa estratificación y divisionismo que existe en la actualidad sobre varios sistemas de recursos humanos propios, los cuáles han surgido ante la necesidad y ausencia de un verdadero sistema de servicio civil en el paí­s.

Sin funcionarios y empleados públicos estimulados, capacitados y evaluados, todos de forma permanente, un Estado y una administración pública no podrán servir adecuadamente a sus habitantes, logrando con ello seguir condenados a no lograr una evolución de su sociedad. Ojalá el nuevo gobierno no deje de voltear a ver este tema, y que se comprometa a un verdadero cambio y no solo los retoques sin sustento que se proponen en la última iniciativa enviada al Congreso recientemente.