Después de más de un lustro evadiendo la acción de la justicia con artimañas propias de nuestro país que es un reino de impunidad, sobre todo para los llamados delincuentes de cuello blanco, ayer se produjo una acción del Ministerio Público que hace tener confianza en que algo está cambiando en el país. Los responsables de haberse alzado con los depósitos de clientes que confiaron ciegamente en una entidad bancaria fueron detenidos y sometidos a proceso en algo que resulta inédito para nuestra sociedad que había arropado a esos banqueros como lo hicieron los mismos medios de comunicación, severos que somos para calificar a otros delincuentes, pero blandos para hablar de este tipo de criminales.
El artífice del fraude dio declaraciones diciendo que es un show del Ministerio Público y que eso no es un acto de justicia. Se le olvida a quien fuera niño bonito de Berger el daño que causaron a miles de personas que confiaron en su banco, en él y en su familia, así como en sus socios, entregándoles los ahorros de toda su vida sin suponer que los iban a jinetear suciamente hasta clavárselos de la manera más descarada.
Por supuesto que dentro de lo que ha sido la sucia tradición de nuestra justicia estaban confiados en mantener el caso en la vía civil donde pueden eternizar el proceso, dejando que sigan muriendo las víctimas y esperando también que mueran, sin dar cuenta de sus actos, los ladrones. Por ello se sorprenden y creen que es un show lo que ha ocurrido. Además saben que adonde llegan, a la reunión a la que asisten, los tratan como si fueran realmente empresarios exitosos, hombres de bien y no los ladrones sinvergí¼enzas que son. Por eso no les cabe en la cabeza que haya una Fiscal General con los arrestos para entrarle al caso ni un Fiscal contra el Crimen Organizado, como Rony López, con la entereza, valor y capacidad para asumir su deber como funcionario público sin dejarse sobornar como ha sido la práctica normal y corriente.
Nota especial hay que hacer para esa sociedad, esa alta sociedad, en la que los delincuentes se han movido como pez en el agua, recibiendo beneplácito de los más influyentes y “prestigiosos†personajes que solapadamente aplauden la práctica inmoral del saqueo de esos banqueros.
Ya era hora que la justicia hiciera su aparición en este caso. Vendrán fuertes retopones porque, por supuesto, los mejores abogados están ya al servicio de los acusados para entorpecer el proceso y asegurar que reine la impunidad. Es hora de que la sociedad muestre que es INCONFORME con esas prácticas y que demandemos el imperio de la ley.
Minutero:
Tras muchos tragos amargos
la justicia empieza a surgir;
ojalá sea para refundir
en el bote a esos largos