Al César…


fernando-mollinedo

En relación a mis dos artí­culos anteriores, deseo expresar que, también este gobierno hizo algunas cosas buenas; “no todo está podrido en Dinamarca”, pero… lo que debemos entender, es que faltó mucho por hacer con los recursos que tuvo para hacerlo.

Fernando Mollinedo
fermo@intelnet.net.gt

 


     LA GRATUIDAD en educación y salud era una medida que clamaba para ser puesta en ejercicio, de la cual, aunque en forma limitada, la población que realmente pertenece al estrato económico menos favorecido ha sido beneficiada.

En materia de educación, la gratuidad fue establecida como una medida polí­tica, sin mediar una planificación económica para su verdadero desarrollo; pues en la mayorí­a de casos, en las escuelas e institutos nacionales, significó el recorte para obtener los insumos mí­nimos, necesarios y básicos para atender a los educandos, y significó quitarle a
muchos maestros, la oportunidad de hacerse de dinero fácil –o hueveárselo pues– con el manejo de los tristemente recordados “comités de Finanzas”.

       En el rubro de salud,  el hecho de no pagar por la consulta fue un alivio para quienes ni eso podí­an hacer por su salud, que de hecho hay aún miles de miles de personas en esa situación; sin embargo, subsiste el problema del abastecimiento de medicinas y la atención en los hospitales nacionales.

       Â¿Y qué decir de los Comedores Solidarios? ¡Magní­fica idea! Para el sector poblacional en condiciones de pobreza y extrema pobreza fue un alivio, pues proporciona la oportunidad de comer en forma digna a un precio bajo; aunque detractores sociales indiquen que tal medida es mantener a un sinfí­n de haraganes; pero… si ellos estuvieran en esa posición, le darí­an gracias a Dios de contar con esa ventaja social.

       Los anteriores ejemplos, SIN EMBARGO… no quiere decir que estoy justificando los grandes errores sociales, económicos y administrativos cometidos por el actual equipo gobernante; por eso: Al César… lo que es del César.

       La muletilla de “Gobierno de ílvaro Colom” utilizada para saciar su sed de reconocimiento social, fue una de las cosas más estúpidas que se hicieron, pues NUNCA FUE EL GOBIERNO DE íLVARO COLOM, porque nunca fue de su propiedad; fue el GOBIERNO DE LA REPíšBLICA DE GUATEMALA.  OJ ALí que los futuros gobernantes no cometan ese craso error desde el principio de sus actividades y sean mesurados y realistas con sus campañas publicitarias.

       Sí, faltó mucho por hacer para beneficio de la población.  Y sin entrar a considerar aspectos de í­ndole personal, psicológico, marital y polí­tico, debemos reconocer que aunque sea mí­nimo se hizo, con miedo, temor, pánico, recelo y dudas se dieron los primeros pasos para encaminar el sentido social del Estado en beneficio de la población económicamente desposeí­da; lo que a la oligarquí­a le cayó como patada en la espinilla, pues considera que ese dinero invertido debió ser de ellos por medio de sus inveterados negocios.