Centra Sur y las necesidades fisiológicas de los seres humanos


GLADYS_MONTERROSO

“Quien se eleva demasiado cerca del sol con alas de oro las funde”.

William Shakespeare

Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

 


En el centro comercial llamado Centra Sur, construido en terrenos municipales, aunque se carece de información de las condiciones en que la municipalidad dio en usufructo el mencionado terreno, que naturalmente no corresponde a los particulares, y de acuerdo a información obtenida en la publicidad de dicho centro lucrativo, no sabiendo si fue lesivo para, quienes pagamos suficientes tributos a la municipalidad, llama poderosamente la atención, y además crea duda razonable, que en el mismo lugar se estacionen las camionetas extraurbanas (me niego a llamarles buses, porque estamos en Guatemala) y que sirva de transbordo de las mismas al Transmetro y viceversa, la presentación en la página web encontrada en internet relacionada al mencionado comercial, establece textualmente lo siguiente: “El diseño de PLAZA CENTRA SUR está dispuesto de tal manera que todo el que haga la transferencia del transporte extraurbano al Transmetro y viceversa, “se verá obligado a recorrer y disfrutar del centro comercial pues se contará con rampas de acceso especialmente estudiadas para satisfacer la movilidad de tantas personas”. Me pregunto si venimos de ciudades dormitorio, o del interior, ¿No es una violación al derecho humano a la libre movilidad que se obligue a las personas a recorrer el mencionado comercial? ¿Cuánto tiempo pierde un trabajador o trabajadora que gana un mí­sero salario en el mencionado recorrido obligatorio? Pero el problema no queda solamente allí­, como se ha vuelto costumbre no existe comercial donde no coexista un área de multirestaurantes, ya sea para subsanar necesidades básicas o como un medio más de fomentar el consumo, naturalmente, si una persona toma una bebida o consume cualquier comestible, en un determinado establecimiento del lugar, más aún siendo un lugar de paso, como lo es Centra Sur, tiene por lógica que satisfacer otras necesidades, como las siguientes: a) Lavarse las manos antes de alimentarse, b) Entrar al baño a realizar las necesidades fisiológicas, propias de cualquier ser humano, y naturalmente, como un acto de higiene c) La higiene bucal, después de consumir ya sea una bebida, o alimento; pero, en este lugar se da un fenómeno especial, se tiene que pagar la “módica” cantidad de Q.1.00 cada vez que se utilicen los baños, mi pregunta siguiente es ¿Los usufructuarios de los terrenos municipales donde se encuentra este comercial no se encuentran satisfechos con utilizar los terrenos que son del municipio, además de cobrar el respectivo mantenimiento a los dueños de los locales, hasta dónde llega su codicia para cobrar por satisfacer necesidades fisiológicas?

El derecho humano del respeto a una vida, digna está siendo violentado por quienes quiera que sean, los propietarios del local donde se encuentra este comercial, ya que parte de la dignidad de la persona es poder tener acceso a los servicios básicos, más aún cuando es un lugar cuyo objetivo es el lucro, como es el caso mencionado, ¿A quién o quienes, ha favorecido la municipalidad con el absurdo complejo desarrollado, por medio del cual se obliga a las personas a recorrerlo forzosamente, para optar a un servicio que deberí­a ser público, pero que no lo es?

Según la página web http://mu.com.gt/paginas.asp?id=858&clc=18, el mencionado proyecto, “Recibe la visita de más de 180,000 personas diariamente, y en el que ocurre la transferencia de 90,000 usuarios del transporte extraurbano al Transmetro”. Más elocuente no puede ser que este no es más que un negocio, maquiavélicamente concebido con el objetivo de aprovecharse de las necesidades de miles de personas para estimular el consumo de las mismas, porque, quienes hacen ese recorrido diariamente, son pequeños comerciantes, trabajadores, y probablemente uno que otro profesional, podrí­amos ubicar a la media que hace este recorrido, como clase media baja, (si aún existe), o clase baja, a quienes hacen caminar de un lugar a otro con el objetivo primordial, no de solucionar un problema (Que es harta obligación de la Municipalidad) sino que para atraer el consumismo, aquí­ ya existe la violación del derecho humano a la libre locomoción, ya que no es que se tenga necesidad de ir al comercial a hacer compras, el mensaje subliminal es “caminen más, vean los productos y consuman”. La otra violación a derechos los fundamentales del individuo, se encuentra en ofrecer todo tipo de comida y bebida, “pero” y allí­ está la violación a la dignidad humana, “si quiere asearse, antes y/o después de beber o comer, orinar o defecar, como lo hace desde un rey hasta un campesino, tiene que pagar la módica suma de Q.1.00, Q.0.10 menos que lo que paga por subir al Transmetro.

Ahora bien hay que tomar en cuenta, que este paseo forzoso, es también para las personas que vienen del interior del paí­s, quienes después de un largo viaje, arriban con muchas necesidades humanas, y que tienen que satisfacerlas, para continuar su largo y cansado viaje, vamos a suponer que vengan a uno de los hospitales públicos, donde pasarán horas esperando, que si bien les va, les vea un estudiante de medicina, (Que no tengo nada contra ellos), que les conteste que no tienen nada, aunque padezcan de una enfermedad terminal, o que vengan al IGSS, en donde probablemente les hayan fijado cita 8 meses antes, o en el peor de los casos vengan con una enfermedad gástrica, ¿Es justo que para utilizar un servicio fundamental como entrar a un baño, que se encuentra en terrenos municipales tengan que pagar Q.1.00? Por favor señores, todo derecho tiene un lí­mite, y el de ustedes termina donde principia el de las 90,000 personas que por diversos motivos transitan por el antes mencionado comercial, ¿Hasta dónde llega la sed de dinero de quienes más tienen sobre quienes menos tienen? ¿Por qué un servicio que debe ser público, hoy es pagado a costa de la pobreza de los más pobres, en beneficio de quienes más tienen? A mí­ en lo personal me parece no solamente inaudito, que se violen derechos fundamentales inherentes a 90,000 seres humanos diariamente,  con el objetivo de obtener ingresos de esta violación, sino que la Municipalidad lo avale. No señores el lí­mite de su ambición, se encuentra en este caso particular, donde principian dos derechos, más que exclusivos de todo ser humano, EL DERECHO A LA LIBRE LOCOMOCIí“N, Y EL DERECHO A UNA VIDA DIGNA, LOS CUALES USTEDES ESTíN MANCILLANDO, POR DINERO.