Tres mujeres aceptan el Premio Nobel de la Paz


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Tres mujeres que han combatido la injusticia, las dictaduras y la violencia sexual en Liberia y Yemen recibieron el sábado el Premio Nobel de la Paz 2011 pidiendo a las mujeres reprimidas de todo el mundo que se levanten contra la supremací­a masculina.

Por BJOERN H. AMLAND y LOUISE NORDSTROM OSLO / Agencia AP

«Mis hermanas, mis hijas, mis amigas: hallen su voz», dijo la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, después de recibir su diploma y la medalla del Nobel durante una ceremonia en la capital noruega.

Sirleaf, la primera mujer elegida democráticamente para una presidencia en Africa, compartió el premio con la defensora de los derechos de las mujeres y compatriota Leymah Gbowee, así­ como con Tawakkul Karman, un í­cono de las mujeres en el movimiento de protesta social en Yemen.

Las tres mujeres representan la lucha por «los derechos humanos en general y de las mujeres por la igualdad y la paz en particular», manifestó el presidente de la comisión del Premio Nobel de la Paz, Thorbjoern Jagland.

Ninguna mujer o persona de la Africa subsahariana habí­a ganado el premio desde 2004, cuando la comisión lo otorgó a la keniana Wangari Maathai, quien habí­a movilizado a las mujeres en una campaña contra la deforestación mediante la siembra de árboles.

El otorgamiento del premio a Karman significó un reconocimiento de la comisión del Nobel de la Paz al movimiento de la Primavera Arabe que se propagó de Túnez a Siria y al que impulsaron activistas a menudo anónimos.

Al elogiar la lucha de Karman contra el régimen de Yemen, Jagland también envió un mensaje al presidente sirio Bashar Assad, cuya campaña de represión contra sus opositores ha matado en varios meses a más de 4.000 personas, según estimaciones de la ONU.

«Ningún dictador puede a la larga encontrar refugio en medio de estos vientos de la historia», dijo Jagland. «El presidente Assad en Siria no será capaz de resistir las demandas populares por la libertad de los derechos humanos», agregó.

Sirleaf fue elegida en 2005 presidenta de Liberia y en octubre ganó la reelección. Se le reconoce el mérito de haber ayudado a su paí­s a surgir de una guerra civil que fue especialmente brutal.

Gbowee, de 39 años, habí­a hecho campaña por mucho tiempo a favor de los derechos de las mujeres y en contra de las violaciones, en un desafí­o a los jefes paramilitares que controlan puntos en Liberia.

En 2003, Gbowee encabezó a cientos de mujeres que marcharon en Monrovia en demanda de un desarme rápido de los combatientes que continuaban agrediendo a las mujeres a pesar de un acuerdo de paz que debí­a haber puesto fin a la guerra civil, que duró 14 años.

Gbowee dijo que el haber recibido el Nobel de la Paz es un reconocimiento a la lucha por los derechos de las mujeres, no sólo en Yemen y Liberia, sino en cualquier lugar donde las mujeres se enfrentan a la opresión.

«Tenemos que seguir unidas en la hermandad, para convertir las lágrimas en triunfos», dijo Gbowee. «No hay tiempo para descansar hasta que el mundo alcance la plenitud y el equilibrio, donde todos los hombres y las mujeres se consideren iguales y libres».

Karman, de 32 años, periodista e integrante del partido islámico Islah, es la primera mujer árabe que gana el Premio Nobel de la paz. A sus 32 años, es la ganadora más joven del galardón. También encabeza al grupo Periodistas Mujeres sin Cadenas que defiende los derechos humanos.

En 2010, el Nobel de la Paz fue otorgado al disidente chino Liu Xiaobo, quien se encuentra preso en China. En la ceremonia de entrega del galardón Xiaobo estuvo representado por una silla vací­a debido a que China no le permitió viajar a Noruega.

Los demás premios —de medicina, quí­mica, fí­sica y literatura así­ como el Premio a las Ciencias Económicas en Memoria de Nobel— fueron entregados por el rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, en Estocolmo.

Claudia Steinman recibió el diploma y la medalla en nombre de su esposo, el canadiense Ralph Steinman, quien murió de cáncer dí­as antes del anuncio del premio en octubre. Al sentarse, lanzó un beso hacia el techo del salón. El Nobel no se otorga de manera póstuma, pero se hizo una excepción porque el jurado no estaba enterado de su muerte cuando lo eligió para compartir el premio con el estadounidense Bruce Beutler y el francés Jules Hoffman por sus descubrimientos sobre el sistema inmunitario.

Los presentes brindaron una ovación al poeta sueco Tomas Transtromer, parcialmente paralizado por un derrame hace casi 20 años, quien recibió el premio de literatura.

Los cientí­ficos estadounidenses Saul Perlmutter, Brian Schmidt y Adam Riess recibieron el premio de fí­sica por su descubrimiento sobre la expansión acelerada del universo.

El galardón de quí­mica fue para el israelí­ Dan Shechtman por su descubrimiento de los cuasicristales, una estructura quí­mica que se consideraba imposible.

Los estadounidenses Christopher Sims y Thomas Sargent recibieron el premio de economí­a por describir la relación de causa y efecto entre la economí­a y la polí­tica de los gobiernos.

Los Premios Nobel están dotados de 10 millones de coronas (1,5 millones de dólares) cada uno y son entregados en el aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel, ocurrida en 1896.