Unión


Alejandro_Quinteros

En estas fechas en que la cercaní­a de la Navidad nos hace escuchar palabras como amor, paz y unión, me llama la atención esta última. Unión, junto a Dios y Libertad son los tres grandes ideales centroamericanos que nosotros los guatemaltecos aún podemos ver representados gráficamente en el Hemiciclo Parlamentario sobre los pabellones nacionales y de las repúblicas centroamericanas.

Alejandro Quinteros

 


La Unión es uno de nuestros ideales, sin embargo,  raras veces lo hacemos realidad. Los guatemaltecos vivimos divididos por nuestro color de piel, etnia, nivel socioeconómico, educación, ideologí­a, entre otros. Y es casi sólo en tiempo de catástrofe cuando logramos unirnos y trabajar hombro con hombro para salir adelante. Sin embargo, dí­a a dí­a la Unión se nos olvida y vamos cada quien por nuestro rumbo sin siquiera voltear a ver al vecino.

A pesar que vivimos divididos, este fin de semana hubo varios eventos en los que de una u otra forma nos unimos. El primero fue la jornada futbolí­stica en la que equipos nacionales Comunicaciones y Xelajú, así­ como extranjeros como el Real Madrid y el Barcelona se midieron en el marco de sus torneos, felicito al Comunicaciones y al Barcelona (aun cuando soy madridista), así­ como a sus seguidores por sendas victorias.  Lo interesante de esto es que mientras se realizaban los encuentros, Guatemala se paralizó, miles de ciudadanos abarrotaron los lugares disponibles para poder presenciarlos. Miles de guatemaltecos unidos en torno a los encuentros futbolí­sticos, pero divididos en bandos según el equipo de su preferencia, bandos cuyas diferencias los llevaron incluso la violencia. Por la tarde fanáticos de los equipos españoles se daban a golpes a media ciudad de Guatemala.  Por la noche, en el estadio Mario Camposeco de Xelajú, unos pocos entre los aficionados que presenciaban la semifinal del torneo nacional, se dedicaron a generar violencia lanzando objetos a la cancha.

Por otro lado, también en horas de la tarde noche, cientos de miles de guatemaltecos disfrutábamos de la Noche de los Deseos, sus espectáculos musicales y su show de fuegos artificiales. Esa tarde aproveché para ir con mi familia a conocer el nuevo Paseo Cayalá, que por cierto es una inversión de admirar y puede ser objeto de su propio análisis, allí­ estuvimos muchí­simas personas de todas las edades y estratos sociales quienes en total armoní­a apreciamos el show de luces. Algunos de los asistentes degustaban de un vino o alguna delicadeza vendida dentro del Paseo, otros de un rico elote loco o alguna de las viandas que los vendedores ambulantes ofrecieron en las afueras. Sin ningún incidente y todos como iguales pasamos media hora admirados y al final cada quien regresó a su vida dejando el Paseo en las mismas condiciones de pulcritud en las que se encontraba antes.

Dos tipos de actividades pusieron en sintoní­a a muchos, en el deporte con profunda división y mal resultado y en el espectáculo con total Unión, como iguales todos. Es la hora en que los guatemaltecos analicemos y trascendamos todo aquello que nos causa división y empecemos a vivir ese ideal de nuestros antepasados. Este es el momento en que la Unión debe hacerse realidad en nuestras vidas y en que utilicemos esas mismas energí­as que brotan en actividades especiales o en catástrofes, pero para trabajar juntos cada dí­a, para dar nuestro mejor esfuerzo y lograr todos UNA sola Guatemala que progrese libre y en paz. ¿Estoy dispuesto a ver por sobre las diferencias y construir partiendo de lo que nos une? ¿Estoy dispuesto a dar mi mejor esfuerzo por mí­ y por Guatemala?