La NBA está de regreso, y el comisionado David Stern insiste en que ahora es mejor que antes.
Quizás esa mejora no se note de inmediato, pero Stern dijo que la «travesía tortuosa» durante el cierre patronal de 161 días valdrá la pena al final.
Stern anunció que los dueños y jugadores de la NBA ratificaron el jueves un nuevo contrato colectivo, lo que constituye el último paso para poner fin al cierre patronal de cinco meses y allana el camino para que abran el viernes los campamentos de entrenamiento y las negociaciones con los agentes libres.
Junto con un programa ampliado para compartir los ingresos, Stern considera que los equipos y los espectadores verán una liga mejorada en los próximos años.
«Es un nuevo comienzo en cierto modo», destacó. «Esto va a requerir de un par de años para salir adelante, pero estamos muy emocionados por las perspectivas».
El acuerdo por una década promete a los dueños ahorros de quizás 250 millones de dólares al año, pero deja casi intacto el sistema de topes salariales laxos, que los jugadores lucharon por preservar.
Stern y el subcomisionado Adam Silver anunciaron la ratificación durante una conferencia de prensa, lo que puso fin a casi dos años de negociaciones complicadas, las cuales derivaron en que se abreviara la campaña por segunda vez en la historia de la NBA. Un calendario de 66 partidos de temporada regular comenzará en Navidad y terminará el 26 de abril, lo que obligará a que cada equipo juegue tres noches seguidas sin descanso al menos en una ocasión.
Por una votación de 25-5, los dueños aprobaron el acuerdo, que permite que cualquiera de las partes opte por una rescisión después de seis años. La asociación de jugadores informó que el 86% de más de 200 agremiados, que emitieron su voto por medios electrónicos, aprobó el contrato.
Los dueños accedieron también a un plan expandido para compartir los ingresos, y Stern consideró que ambos acuerdos constituyen un «hito» para la liga. El plan, que comenzará en la campaña del 2013-14, aumenta a más del cuádruple los ingresos compartidos actualmente por los clubes, y Stern confió en que recibirán al menos 20 millones de dólares y que por lo menos seis equipos podrían pagar 50 millones de dólares por concepto del plan.
Los propietarios insistieron en que perdían cientos de millones de dólares al año bajo el antiguo contrato colectivo, ratificado en el 2005, y consideraron que éste favorecía a los equipos con más recursos. Así, buscaron cambios significativos en estas negociaciones.
Rechazaron una opción para permitir que el contrato colectivo continuara vigente por otro año y abrieron el proceso de negociación en enero del 2010, con una propuesta que contemplaba un tope salarial rígido, la eliminación de los contratos garantizados, la reducción de los salarios actuales y una rebaja considerable en la participación que tenían los jugadores respecto de las ganancias generadas por operaciones deportivas.
Los dueños declararon el paro el 1 de julio, cuando expiró el contrato anterior, y llegaron a un acuerdo tentativo sobre los temas principales la madrugada del 26 de noviembre, lo que eliminó la posibilidad de que se cancelara la temporada y se librara una costosa y larga batalla en las cortes si los jugadores seguían adelante con una demanda antimonopolio.
Los asuntos restantes fueron resueltos finalmente el jueves por la mañana, luego que los jugadores habían comenzado ya a emitir su voto electrónico.
Aunque los dueños insistieron en que querían tanto un equilibrio competitivo como una oportunidad de obtener ganancias, no está claro que lo hayan conseguido. Los rumores de canjes que involucraban a los astros Chris Paul de Nueva Orleáns y Dwight Howard de Orlando apuntaban a que irían a grandes equipos, tal como había ocurrido durante la vigencia del viejo contrato. Los Lakers, los Celtics y los Mavericks, todos equipos grandes, ganaron los últimos cuatro campeonatos.
Por la noche, los Hornets negaron que Paul vaya a ser canjeado.
Stern sabe que los dueños, particularmente aquellos que poseen equipos pequeños, no lograron todo lo que querían, pero destacó que «ésta liga será más competitiva con el tiempo».
«Aunque no es perfecto, creemos que el acuerdo atiende asuntos significativos de ambas partes en una forma muy productiva», consideró.
Los salarios de los jugadores se redujeron en 12%, y Stern enfatizó que hay nuevas cláusulas, las cuales permitirán que los equipos escapen más fácilmente de contratos complicados y se vuelvan competitivos más pronto.