La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy se reunieron hoy con los jefes de estado y de gobierno del centroderechista Partido Popular Europeo antes de viajar a Bruselas para iniciar dentro de unas horas la reunión cimera que pretende salvar el euro.
Merkel y Sarkozy quieren que las naciones de la eurozona sometan sus presupuestos nacionales a una mayor inspección, especialmente tras advertir la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s que podría degradar la calidad crediticia de las 17 naciones de la Unión Europea.
Ambos quieren enmendar el tratado de la UE o crear uno nuevo para las 17 naciones de la eurozona, con la aplicación automática de sanciones en el caso de que se violen las normas de gasto público y la obligatoriedad de equilibrar los presupuestos.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo al llegar que esos objetivos «son posibles. Apelo — apelo de la forma más encarecida —a todos los jefes de estado y gobierno de apoyar este compromiso en beneficios de nuestra divisa común. Creo que esto es indispensable, y el liderazgo consiste en hacer posible lo que es indispensable».
Los mercados esperan que un acuerdo entre os gobiernos europeos sobre el plan franco-alemán permita al Banco Central Europeo adquirir más bonos soberanos de la eurozona.
Empero, un funcionario alemán advirtió el miércoles que la consecución de un acuerdo podría demorarse hasta la Navidad.
Por su parte, el presidente de los ministros de hacienda de la eurozona dijo el jueves que los líderes esperan lograr el acuerdo de las 27 naciones de la UE para enmendar la carta fundacional del bloque.
«Un tratado de los 27 miembros es lo deseable, pero si hay países que no quieren acompañarnos en nuestra búsqueda de una arquitectura europea mejor, nos quedaremos entonces con un tratado de 17 naciones», dijo Jean-Claude Juncker, ministro de Hacienda de Luxemburgo, en una entrevista con la radioemisora France-Info.
Por otra parte, un diplomático de la UE indicó el jueves que los líderes de la eurozona seguramente acordarán aportar al Fondo Monetario Internacional 150.000 millones de euros (200.000 millones de dólares) en créditos bilaterales de contingencia en la crisis de la deuda soberana.
El dinero será aportado por los bancos centrales de las 17 naciones de la eurozona, no los gobiernos, ya muy endeudados.
El diplomático indicó que parte del dinero había sido prometido ya al FMI en el 2009 pero aún no ha sido entregado. No aclaró qué proporción de los 150.000 millones de euros había sido prometida.
El diplomático habló a condición de guardar el anonimato antes de la reunión cimera que iniciarán el jueves por la noche los líderes europeos.
Indicó, empero, que la eurozona espera que los miembros que no usan la divisa común aporten 50.000 millones de euros (67.000 millones de dólares) extra al fondo de contingencia.