Casi 15 años después de rodar su primer filme en Hollywood, Salma Hayek ha cosechado varios éxitos como actriz y un notorio papel como productora de «Frida», pero pocos sospecharon que esta mexicana de 1,57 metros de estatura se impondría como una alta ejecutiva de la industria.
Así como en marzo puso al mundo del espectáculo con los ojos redondos al anunciar su embarazo y compromiso con el multimillonario francés Francois-Henri Pinault, de 44 años, esta semana volvió a las primeras planas por su asociación con el gigante Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) para lanzar Ventanazul, un sello para producir y comprar cintas latinas dirigidas al gran público.
«Salma no es sólo una gran actriz, sino que como productora y directora proporciona un conocimiento profundo y accesible al mundo multicultural en el que vivimos», decía Rick Sands, director general de MGM, en un comunicado divulgado el lunes.
Aunque las cifras de la negociación son un secreto y la representante de Hayek dijo que la ahora presidenta de Ventanazul, división que operará desde MGM, «no está dando entrevistas», la noticia confirmó que la actriz nacida hace 40 años en Veracruz consolida su influencia en la meca del entretenimiento, pisoteando estereotipos latinos y superando su fama de ser sólo una «mujer bonita».
«Cada proyecto tiene un elemento diferente: desde apoyar a nuestro increíble talento que tenemos detrás de las cámaras, hasta contar historias latinas únicas, como la de Frida Kahlo, o crear personajes inolvidables que por cierto son latinos, como ’Ugly Betty’», recalcó el lunes la actriz y productora de la cinta sobre Kahlo, que en 2003 le dio su primera nominación a un Oscar.
Ventanazul, que prevé producir entre dos y cuatro películas al año, aprovechará el gran talento «de actores latinos y no latinos, cineastas y guionistas, para ofrecer una amplia gama de géneros definidos: dramas, comedias, películas de suspense, películas de terror, cintas para jóvenes y familiares», según el comunicado de MGM.
«Queremos que estas películas atraigan a todos, pero también queremos que el público latino se sienta orgulloso», sostuvo Hayek, abierta defensora de los indocumentados y que apoyó en marzo de 2006 las masivas marchas en California que reclamaron una reforma migratoria justa.
«Sentí una gran emoción, sentí que por primera vez nuestra voz era escuchada, estábamos todos unidos, además de latinos, asiáticos, árabes», confesó en mayo de ese año, cuando respaldó el boicot del día del trabajador llamado «Un Día Sin Inmigrantes».
Pero un año después su perfil se apega más al de una empresaria con poder que al de una artista combativa, aunque sin olvidar sus raíces, que este año la inflaron de orgullo cuando durante la nominación a los Oscar nombró a varios de sus amigos compatriotas y a su íntima amiga, la española Penélope Cruz.
Los cineastas Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y la buena fama de la que gozan por estos días decenas de directores, fotógrafos, músicos y sonidistas de cine, probablemente sean su inspiración para lanzar esta división con fuerte acento hispano y de la mano de José Tamez.
Con este productor lanzó la versión anglosajona de «Ugly Betty», que se transmite por canal abierto en Estados Unidos y arrasó en premios a principios de año, entre ellos, el Globo de Oro a Mejor Serie de Televisión del año.
Con un embarazo que la tiene apartada de las cámaras, pero con una película en cartelera, «Lonely hearts», y otra para salir a finales de año, «Across the Universe», Hayek guarda con celo su privacidad, la misma con que llevó sus noviazgos con Edward Norton y Josh Lucas en el pasado.
La chica que nació en el seno de una familia compuesta por un padre libanés dedicado a los negocios y una madre cantante de ópera, tiene los reflectores como sombra, atentos al nacimiento de su hijo y eventual boda con el empresario Francois-Henri Pinault.
Quizás aún no cuente con la fortuna de 10 millones de dólares que la prensa especializada adjudica a Jennifer Lopez y que le ha valido el título de la latina más influyente en Estados Unidos, pero Hayek, famosa desde 1995 con su papel en «Desperado» de Robert Rodriguez y junto a Antonio Banderas, da indicios de que no se quedará atrás.
Hasta principios de este año la daban como una «de la solteras de oro» en la meca del cine, donde alguna vez dijo: «Estoy esperando conocer a un hombre que tenga más cojones que yo». Y cuando parece haberlo encontrado, ella sigue imparable.