El fondo marino del Mediterráneo se encuentra en peligro por los efectos del cambio climático, alertaron esta semana expertos mundiales en un congreso en Estambul, al trazar un sombrío porvenir para las especies que habitan sus aguas.
Este mar se ha convertido en escenario de un «choque de civilizaciones», con la invasión de especies foráneas que se expanden al tiempo que se calientan las aguas amenazando la supervivencia de la fauna local, más habituada al frío, según los científicos reunidos en el 38º Congreso de la Comisión Internacional para la Exploración Científica del Mediterráneo (CIESM).
Aunque varias especies de peces y de algas tropicales ya llegaron al Mediterráneo oriental tras la apertura en Egipto del canal de Suez en 1869, estos organismos son ahora, debido al calentamiento climático, «candidatos que esperan extenderse» por sus aguas, advierte Bella Galil, del Instituto Nacional israelí de Oceanografía.
Este conflicto entre organismos en agua salada, que ya empezó con la propagación de invertebrados como el bivalvo Brachidantes Pharaonis o la medusa Rhopilema Nomadica, podría ser fatal para las especies más antiguas del Mediterráneo.
«En el Atlántico, las especies «frías» pueden subir hasta Bergen (Noruega), pero en el Mediterráneo, no hay un Bergen, el camino se acaba en Marsella (sur de Francia)», lamenta Galil.
Los científicos reunidos en Estambul fijaron en un grado centígrado la subida de la temperatura media en las aguas mediterráneas en la última década.
La CIESM reveló además que el mercurio aumentó 0,3 grados en los fondos marinos entre 1985 y 2000, según muestras tomadas a la altura del Estrecho de Gibraltar, una evolución mínima pero de consecuencias potencialmente preocupantes.
«En las aguas profundas, los organismos están adaptados a las temperaturas constantes, de alrededor 13 grados, pero no están acostumbrados a los cambios estacionales», explica Frederic Briand, director de la CIESM. El calentamiento de las aguas «va a suponer una gran diferencia», recalca.
Otro fenómeno inquietante que ya ha empezado a sentirse en el Mediterráneo es la subida del nivel del mar, provocada por el deshielo y, en menor medida, por la dilatación del agua bajo el efecto del calor, según el profesor Buchta El Mumni, de la Universidad de Tánger (Marruecos).
Durante los años 60, «estaban de moda los edificios ’con los pies en el agua’, pero hoy en día, «muchas de estas zonas ya han sido invadidas o demolidas por la elevación del nivel del mar», explica este científico.
«Un grado de temperatura de más provoca que el mar avance varias decenas de metros hacia el interior de la costa», ilustra El Mumni para quien, sin embargo, lo peor está aún por llegar..
«Las urbanizaciones costeras desaparecerán, las viviendas resultarán dañadas y los sistemas laguneros quedarán anexionados al entorno marino», prevé.