Benedicto XVI celebrará el lunes su 80 cumpleaños y se prepara para festejar también sus dos primeros años de un pontificado marcado por la ausencia de reformas espectaculares pero centrado en cuestiones éticas y la preocupación por la unidad de la Iglesia Católica.
Para celebrar su cumpleaños y el segundo aniversario de su elección como sucesor del fallecido Juan Pablo II, el 19 de abril de 2005, el Papa alemán presidirá el domingo una misa en la plaza de San Pedro de Roma.
Además, Benedicto XVI tiene previsto poner a la venta, justamente el lunes 16 de abril, día de su cumpleaños, su primer libro escrito como Pontífice, «Jesús de Nazareth», en la que recorre los pasos de la vida de Jesús.
La obra estará disponible en alemán, polaco e inglés y las ediciones en español, chino y ruso aparecerán sucesivamente.
«El Papa está preocupado por la educación y la formación de los sacerdotes que operan en América Latina y considera que éste será un libro importante, que servirá como instrumento para formar al clero sobre la figura de Jesús», declaró a la AFP un experto en temas vaticanos.
Para este especialista, el nuevo libro acompañará al Papa Ratzinger próximamente en su primer viaje al continente sudamericano (Brasil, del 9 al 14 de mayo), donde vive el 50% de los alrededor de 1.000 millones de católicos del planeta.
Los medios italianos, por su parte, no han logrado desvelar el contenido del mensaje que el Pontífice podría enviar con motivo de los dobles festejos de la próxima semana.
Pero en todo caso han destacado la continuidad de pensamiento, aunque a veces no de actividad, entre los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, marcado por una cierta «lentitud» de acción, según confían algunos prelados romanos amparados por el anonimato.
Desde hace dos años, Benedicto XVI ha centrado progresivamente sus intervenciones públicas en cuestiones espirituales y éticas, limitando sus declaraciones políticas o diplomáticas a circunstancias excepcionales.
Inspirador de numerosos textos de Juan Pablo II sobre el actual laicismo de la sociedad occidental cuando era uno de los más cercanos colaboradores del anterior Papa, Joseph Ratzinger es ahora desde el sillón pontifical un intransigente defensor de la dignidad de la persona y la vida humanas, «desde la concepción a la muerte natural».
Por eso, aún más que en la época de su predecesor, aborto, familia, homosexualidad y eutanasia se han convertido en temas de permanente enfrentamiento entre la Iglesia Católica y sectores de la sociedad civil de los países desarrollados, especialmente en Europa.
En cambio, Benedicto XVI se ha aventurado poco en cuestiones que afectan a otros continentes, contrariamente a Juan Pablo II, cuya visión de los problemas del planeta era más «política», según los expertos.
Otra preocupación del actual Pontífice es la unidad espiritual de la Iglesia alrededor de su cabeza, el Papa.
En este sentido, tiene previsto publicar próximamente una carta dirigida a los católicos chinos, divididos entre una Iglesia «patriótica» dependiente del gobierno comunista de Pekín, y una Iglesia clandestina bajo la autoridad del Vaticano.
Dejando aparte temas teológicos y discursos oficiales, el día de su cumpleaños, el Papa Ratzinger, oriundo de Baviera, un estado regional del sur de Alemania, recibirá un regalo especial de parte de monseñor Engelbert Siebler, obispo auxiliar de Munich (sur): 80 botellas de cerveza negra.
Además, como prevé la tradición, el día del cumpleaños del Papa será feriado para todos los empleados administrativos del Vaticano quienes además recibirán una prima de 500 euros con motivo esa celebración.
Ese día, el Papa, gran aficionado a la música clásica, asistirá a un concierto celebrado en su honor.
Sin trompetas ni tambores, el compositor y organista alemán Wolfgang Seifen compuso una misa dedicada al papa Benedicto XVI, quien el próximo lunes cumplirá 80 años.
La Missa Solemnis «Tu es Petrus» se escuchará por primera vez el domingo por la mañana durante la misa que el cardenal de Colonia, Joachim Meisner, oficiará en la catedral Sainte-Hedwige en Berlín.
La canciller alemana, Angela Merkel, de confesión protestante, confirmó su presencia, así como varios obispos alemanes y miembros del cuerpo diplomático.
«El Papa asegura que se alegra de esta misa», que «podrá escuchar él mismo el 10 de octubre en Roma en ocasión de la apertura del festival de música sacra», explicó a la AFP el compositor Seifen.
La partitura, de 140 páginas, «está escrita a mano como se hacía hace siglos» y será entregada al Pontífice por el cardenal de Colonia en la basílica de San Pedro, explicó el organista, de 50 años.