El sábado anterior, en vez de intentar examinar las condiciones en que se desempeñan los periodistas de Guatemala, con motivo de haberse “celebrado su Díaâ€, me puse a divagar sobre aspectos doctrinarios de la libre expresión del pensamiento y del derecho de informar y ser informado.
Aunque esas disquisiciones tengan relativo valor, es mucho más importante la vida de un maestro de educación secundaria, incipiente poeta, ambientalista por vocación y periodista autodidacta que solitariamente libra infructuosamente valientes batallas contra fuerzas oscuras que se han apoderado de Santa Ana Huista, lejano y casi inaccesible municipio de Huehuetenango, y cabalmente a causa de esas circunstancias es que ha expuesto su seguridad física y su vida misma en defensa del medio ambiente, de su inalienable derecho a criticar a autoridades locales y grupos de presión que defienden el estatus quo en esa comunidad y sus turbios intereses.
Se trata de í‰lder Exvedi Morales Mérida con quien he sostenido constante comunicación desde hace un par de años, cuando emprendió su aislada campaña en defensa del río Huista, que corre el inminente riesgo de desaparecer si no se adoptan medidas preventivas de urgencia de parte de la inepta Municipalidad local, de la no menos incapaz Gobernación Departamental y del inservible Ministerio de Ambiente y su desvergonzado titular, además del desprecio de las organizaciones ambientalistas capitalinas de escritorio, de cara a las empresas agroindustriales que depositan sus desechos en esa corriente pluvial, al igual que los propios vecinos y autoridades edilicias que permiten el uso del río como desagí¼e de sus asquerosos drenajes.
Contra todo eso y más, ha venido luchando Morales, lo que le ha valido amenazas e intimidaciones que ha soportado sin protección alguna, ni siquiera de sus egoístas compañeros maestros. Inicialmente, a iniciativa mía se puso en contacto con el abogado Ricardo Alvarado, funcionario de la Procuraduría de los Derechos Humanos en la capital, quien le aseguró que contaba con su respaldo y que instruiría al delegado de la PDH en Huehuetenango para que auxiliara a í‰lmer Exvedi. Pero todo se quedó en palabras. Cuando el sábado logré hablarle me pidió que le enviara un oficio a su oficina, poniéndolo al tanto de lo que le sucede a Morales, para que él (Alvarado) lo elevara a consideración del grandilocuente procurador Sergio Morales. ¡…uuta!
Pese a las buenas intenciones del Centro PEN de Guatemala en defensa de í‰lmer Exvedi, o quizá como efecto de esa ayuda, el maestro, ambientalista, poeta y periodista en ciernes es objeto de más hostigamientos. Ahora se le han cerrado los espacios en radios locales, al parecer por presión de autoridades locales y especialmente de un sujeto llamado León Martínez, que de guerrillero devino en supuesto vulgar delincuente, quien amenazó de muerte a í‰lder Exvedi, frente a cuatro amigos suyos, quienes pusilánimes se han abstenido de atestiguar el presunto delito.
(El activista Romualdo Tishudo y yo esperamos que el PEN Club, la APG y Cerigua emitan declaraciones en apoyo al solitario ambientalista Morales Mérida).