Las mujeres deben aprender a defenderse


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En la actualidad ha cobrado especial vigencia el caso de la violencia contra de las mujeres, cuando se celebró en dí­as recientes el Dí­a Internacional de la no violencia contra la Mujer.

José Antonio Garcí­a Urrea

 


Es un tema que se supone viene desde el tiempo de las cavernas, aunque aquí­ también se presenta el intrí­ngulis de que fue primero, el hombre o la mujer, fue el hombre, pues según se nos enseñó de chicos al aprender la doctrina para hacer la Primera Comunión, Dios modeló en barro al mí­tico Adán y con su soplo divino le infundió vida. Adán, según el diccionario, quiere decir: “hombre desaliñado, haraposo o descuidado”, él estaba desnudo. Después, se nos decí­a que para que no estuviera solo en el Paraí­so, lo durmió, le sacó una esquirla de una costilla y con ella, de acuerdo a las técnicas modernas, clonó a Eva.

Pero de cualquier manera que sea, la mujer siempre ha estado en desventaja, hay excepciones, con el hombre, pues se considera que su lugar, en las parejas, es la de ser madre, ¡que hacer sublime!, dar vida a un ser, que somos todos nosotros, encargarse de los oficios hogareños y cuidar a los hijos y por añadidura dar de comer al marido que se convierte en el proveedor hogareño.

Resulta también que la mujer se autoconsidera “débil”, y así­ permite que el hombre, su hombre, la maltrate porque tiene derecho y ella debe dejarse hacer con resignación, también contribuye a ello cuando se le dice que ese maltrato, aunque sea de un borracho, debe aceptarlo porque es su cruz. ¡Bonita gracia!

El origen de ese maltrato hacia el sexo femenino proviene de múltiples vertientes, según lo explican los psicólogos, por aparte hay leyes para proteger a las féminas en contra de estas situaciones, que afortunadamente ya son denunciadas ante las instancias legales respectivas, y debe seguir haciéndose.

En relación al titular de esta Butaca, es necesaria una acción pétrea que detenga o aminore esas agresiones, porque en la parte legal, por su naturaleza, es lenta, pues debe comprobarse el hecho y aportar los testimonios fehacientes para darle trámite y llegar a sentencia. Entonces conviene enseñarle a la mujer a defenderse de esas agresiones tomando en cuenta que ellas también poseen fuerza muscular con la cual pueden encararse a su agresor, sin llegar desde luego a extremos onerosos que agravarí­an la situación y peor si hay descendencia procreada.

Naturalmente, eso conlleva un periodo promocional a nivel del paí­s y en los varios idiomas nuestros para que todas sepan que es lo que tienen que hacer en esos momentos especiales hasta hacer entrar en razón a su marido o conviviente mediante el diálogo.

Esta es pues, una idea que si después de estudiarla y analizarla pudiera llevarse a la práctica, harí­a mucho bien a favor de las mujeres, sin desistir de los recursos legales.

íTEM MíS: Muy bonitos los recibos que acreditan el consumo telefónico domiciliar, solo falta la lupa para leer esos numeritos.