No hay quien no haya necesitado de una caricia, de recibirla y de proporcionarla. Las caricias son un alimento para nuestro interior. No creo en las caricias negativas, solamente pienso y también siento que cuando nos encontramos acariciados o acariciando, estamos ante una manifestación de amor. Las caricias son un bien necesario para la humanidad. Mientras más seguros y fuertes nos encontramos con mayor capacidad de dar y recibir caricias nos encontramos.
Una caricia auténtica es siempre incondicional. Nos nace de manera espontánea, nos conduce al placer y al bienestar, nos produce pequeñas o inmensas alegrías. Nuestros sentidos se avivan, nuestra piel se estremece, nuestro corazón palpita. Con un abrazo, un contacto de manos, una palmadita en la espalda y por supuesto con un beso.
Pero hay diferentes maneras de acariciar, una linda y espontánea sonrisa, una mirada con dulzura, un gesto de amabilidad y de respeto. También al decir cosas agradables al oído, ayudar a resolver situaciones siendo cortés y benévolo. Oír cuando alguien necesita hablar y ser escuchado.
A través de la escritura, tratando de emitir nuestros sentimientos y el deseo de que lo que escribimos pueda contribuir a un momento de compañía y se convierta en un espacio de solaz para las personas que nos leen.
Las personas en algunos casos no han tenido experiencias que les ayuden a dar y recibir caricias. Por lo cual se comportan de manera huidiza, les provoca miedo el poder establecer vínculos con otras personas. Por lo cual se alejan y se aíslan, se refugian en la soledad, pero tampoco la disfrutan.
Con este tipo de personas se necesita mucha comprensión y paciencia. También el entendimiento de que ninguna persona es igual a otra. Que pueda ser que nunca podamos recibir un halago o una caricia física de alguien en específico. Pero su declaración de afecto hacia nosotros se encontrará ante el interés que nos presta y en su conducta solidaria.
Pero también, hay ilusiones de caricias, esperanzas de caricias y caricias perdidas.
Mario Benedetti nos dice: “Las caricias son un lenguaje, si tus caricias me hablan, no quisiera que se callenâ€. Y “Es claro que lo mejor, no es la caricia en sí misma, sino su continuaciónâ€.