El papa Benedicto XVI subraya las incoherencias de la teoría de la evolución de Darwin que, a su juicio, deja sin resolver cuestiones fundamentales sobre el origen del hombre, si bien alaba el papel de la ciencia en el progreso de la razón, en un libro publicado en Alemania.
«La teoría de la evolución no es demostrable empíricamente, puesto que es imposible meter en el laboratorio a 10.000 generaciones», indica el Papa en esta obra titulada «Creación y evolución», que recoge una conferencia que el Pontífice dio en septiembre de 2006 en su residencia de verano de Castel Gandolfo (Italia).
«La verosimilitud» de la teoría de Darwin «no es igual a cero, pero tampoco a uno», puesto que deja «muchas cuestiones abiertas», recalca.
«Estimo importante subrayar que la teoría de la evolución implica cuestiones que atañen a la filosofía y que van más allá de la ciencia», escribe el Papa.
Charles Darwin, biólogo británico (1809-1882), desarrolló la primera teoría del mecanismo biológico de la evolución, basada en la selección natural que explica la diversificación de la vida a través de un lento proceso de modificación y adaptación.