Desnuclearización: difí­cil misión


Nuclear. Imagen satelital de la planta nuclear de Yongbyon en Corea del Norte.

Detener un reactor nuclear como el de Yongbyon en Corea del Norte puede hacerse en unos dí­as, pero en cambio se necesitarán años si se trata de desmontarlo completamente, según un experto del Comisariado francés de Energí­a Atómica (CEA).


La operación completa consta de tres etapas: el pararlo, que lleva unos dí­as; la descarga del combustible, que dura entre «unas semanas a unos meses», y la destrucción, que se escalona en varios años, indicó Robert Mogavero responsable de proyectos de desmantelamiento de instalaciones nucleares del CEA.

En un primer tiempo se para el reactor.

«Las barras de mando que permiten controlar la reacción nuclear en el centro del reactor son puestas en posición de seguridad, lo que provoca la suspensión de la reacción en cadena, es decir, hacen que el reactor se pare», explicó Mogavero.

Luego se necesita un cierto tiempo, «entre unos dí­as a varias semanas», para que disminuya naturalmente la potencia residual, los flujos de neutrones y la energí­a que aún puede producirse en el interior del corazón del reactor.

Seguidamente se pueden descargar completamente los combustibles nucleares que están en corazón del reactor. «Es una operación que, según el reactor, puede llevar desde unas semanas a varios meses», agregó el experto.

Este combustible descargado debe ser llevado a piscinas o locales de almacenamiento y luego evacuado para ser tratado o eliminado como si fuese un residuo.

Una vez que el combustible ha sido descargado, según el experto del CEA, el desmantelamiento propiamente dicho –la demolición de las instalaciones– pasa por una serie de etapas que duran varios años, según las caracterí­sticas del reactor.

Pero mientras más potente es el reactor, más largas son las operaciones.

En el caso de reactores del tipo grafito-gas, como es el de Yongbyon, hay que contar con que el grafito es un material que presenta más dificultades en la fase de desmantelamiento que otros materiales más clásicos como el acero.

La duración de la destrucción también depende de la vida del reactor: si se han producido incidentes durante su actividad normal, algunos circuitos pueden haber quedado contaminados accidentalmente.

«Todos estos parámetros pueden influir en el tiempo de desmantelamiento así­ como en la capacidad de evacuación de los residuos», estimó Mogarevo.

Para reactores del tipo grafito-gas y con potencias equivalentes al de Corea del Norte, la duración de sus desmantelamiento es de diez años en Francia.

La operación es irreversible mientras se desmantelan las instalaciones de producción, de evacuación de la energí­a producida y de enfriamiento.

Sin embargo, Mogavero especificó que las estructuras de producción de energí­a pueden ser demolidas bastante rápidamente si no están contaminadas.

«Si las operaciones son controladas y efectuadas rápidamente, se puede imaginar que al cabo de un año de trabajo puede lograrse la situación de irreversibilidad», finalizó el experto.