En el marco del 25 de Noviembre, Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, el Movimiento de Mujeres Indígenas Tz’ununija’ exigió al Estado guatemalteco que refuerce las estrategias para acabar con el racismo, una forma de violencia contra las indígenas que les impide el reconocimiento, goce y ejercicio pleno de sus derechos individuales y colectivos.
Lilian López, integrante de Tz’ununija’, aseguró que Guatemala ha ratificado instrumentos internacionales, tales como la Convención contra toda las formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención de Belem do Pará, asumió responsabilidades en los Acuerdos de Paz, relacionadas con la erradicación del racismo contra las poblaciones indígenas, especialmente contra las mujeres.
Pese a esos compromisos, las prácticas de exclusión y discriminación racial son una constante en la cotidianidad de la ciudadanía guatemalteca, sin que el Estado persiga a las personas que cometen ese tipo de delitos y las castigue, aseguró López.
La lideresa recordó que en el Consenso de Brasilia, en el 2010, el Estado guatemalteco reconoció que la presencia del racismo y la consecuente acumulación de desventaja para las mujeres indígenas y afrodescendientes, obstaculiza la construcción de la democracia.
Posteriormente, durante la Tercera Conferencia del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belem do Pará, destacó que el racismo es una forma violencia generaliza que limita el acceso a la justicia para las mujeres indígenas, así como el goce de sus garantías fundamentales.
En ambas reuniones, los funcionarios se comprometieron a incluir en sus políticas de seguridad ciudadana, un componente específico para erradicar el racismo, añadió la entrevistada.
Las integrantes de Tz’ununija’ exigieron al Estado guatemalteco que aumente las acciones para hacer esos compromisos una realidad para las mujeres mayas y que los casos de discriminación y de violencia machista contra esa parte de la población, no queden impunes.