Pues bien, ahora que ya está conformado el Gabinete principal del futuro presidente, les llegó la hora de cumplirle al pueblo de Guatemala; cumplirle en cuanto a las promesas ofrecidas en las diferentes materias, órdenes y disciplinas de la vida nacional, entendiendo éstas como la educación, salud, agricultura, seguridad, trabajo, economí­a, finanzas y otros rubros más. Es momento de cumplirle a Guatemala y para el efecto habrá de privilegiar las ideas y propuestas de la ciudadaní­a, y hacer que las causas de todos los chapines sean las causas del Partido Patriota.

Hoy el Partido Patriota es un partido que participa en democracia de forma responsable y está preparado para comprometerse con la ley, con las instituciones, porque estamos seguros que al respetarse la voluntad ciudadana se encaminará al reconocimiento social.

No sólo los votantes del partido naranja esperan que Otto Pérez Molina sea el candidato del compromiso con Guatemala; se supone que su fortaleza está en la suma de sus liderazgos, de sus militantes y simpatizantes, pues esperaban lograr el gran objetivo que se tiene por delante; este no es el momento de un solo hombre, es el momento de todos los guatemaltecos para enderezar la nave. Al privilegiar las ideas propuestas y compromisos, se tendrá la convicción de conseguir el respaldo ciudadano de quienes reconocerán la credibilidad de su plataforma ideológica sin ataques ni calumnias a los vencidos; ya que ahora hay que trabajar por el paí­s entero, es decir, para todos los habitantes de Guatemala. Otto Pérez Molina afirmó varias veces en su campaña proselitista que, es parte de una generación de guatemaltecos que está convencida de que sí­ pueden transformarse algunas estructuras sociales y económicas del paí­s; y ahora le llegó su cita con la historia para contribuir a la expectativa de cambio en el siglo XXI; asumiendo compromisos, ofreciendo respuestas a nuevas interrogantes, inquietudes y preocupaciones de la población que espera del nuevo equipo gobernante la decisión y capacidad para resolver las demandas sociales, con ideas, propuestas pero sobre todo con resultados.

Como población, debemos asumir con confianza que los próximos gobernantes con madurez y responsabilidad dejen atrás la división, el encono, el debilitamiento de las instituciones y el deterioro de valores de la sociedad; pues no olvidamos que en nuestro paí­s hay miedo, zozobra, desánimo, pero al mismo tiempo hay una fuerza creciente, optimista, segura de que vienen tiempos mejores.

Esperamos que comience a soplar un viento de cambio y de esperanza, que nos ofrezcan soluciones y no ilusiones; para lograr que la causa de la verdadera polí­tica sea la transformación social, así­ lo entendemos y que la razón de ser, esté en la capacidad de transformar la calidad de vida que viven los guatemaltecos. Este es el momento que Otto Pérez Molina esperó por más de una década, llegó la hora, entonces, de cumplirle a Guatemala.