Stephen Jones y su arte para cubrir las cabezas


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El mundialmente famoso sombrerero Stephen Jones estaba en un taxi en Londres cuando la plática con el chofer pasó inevitablemente al tema de lo que uno se pone sobre la cabeza.

Por LEANNE ITALIE NUEVA YORK / Agencia AP

«La gente dice: ‘me encantan los sombreros, pero nunca los uso»’, le dijo el chofer, que llevaba puesta una gorra de béisbol. «Le pregunté ¿entonces qué es lo que tiene en la cabeza? y me respondió: ‘Eso, ¡oh, no! Eso no es un sombrero de verdad»’, contó Jones.

El maestro sombrerero piensa de otra manera, ese espacio entre la alta costura y la gorra de béisbol de los trabajadores dejó su marca en el creador radical de las piezas para cubrir la cabeza.

Tras más de 30 años diseñando sombreros hechos con todo lo posible (desde piernas de muñecas de plástico a cabello humano) para casas de moda y clientes refinados, Jones se aventuró en un nuevo trabajo como curador de una exposición muy popular en el Museo Alberto y Victoria (V&A) en Londres.

«Sombreros: Una antologí­a de Stephen Jones» de 2009 atrajo cerca de 100.000 visitantes al museo y englobaba 17 siglos de sombreros. También explicaba el trabajo en un taller de sombrero y el funcionamiento de estas prendas, así­ como las tendencias, inspiraciones y los creadores más famosos.

La exposición está de gira y permanecerá en Nueva York hasta el 15 de abril de 2012 en el Centro Bard Graduate de Manhattan, tras un viaje a Queensland, Australia.

Jones conformó la exposición con el archivo del V&A, su propia colección, piezas que pidió prestadas a particulares y sombreros que encontró en estudios de cine en Hollywood y Alemania, donde apareció una boina que usó Marlene Dietrich en la pelí­cula «Witness for the Prosecution» de 1957.

También escribió un libro que acompaña la exposición y relata la historia de los sombreros, tiene fotografí­as de cómo se crean y un relato de los dos años que pasó investigando entre más de 3.000 piezas hasta seleccionar las 250 que conforman la exhibición.

Para su llegada a Nueva York, Jones le dio un giro estadounidense, incluyendo el trabajo de los sombrereros de la ciudad Ellen Christine, Eugenia Kim y Albertus Swanepoel, además del casco de Darth Vader de la pelí­cula «Star Wars» y una corona de hule espuma color verde que imita a la de la Estatua de la Libertad, así­ como una de las pelucas de Andy Warhol.

No podí­a faltar una gorra de béisbol de Babe Ruth, unas orejas de Mickey Mouse y un sombrero de fieltro con plumas de pavo real, como los de Al Capone, que hizo Rod Keenan para Brad Pitt.

«La moda se trata de exclusividad, pero querí­a que esta fuera una exposición inclusiva porque me parece que así­ son los sombreros», dijo Jones en una entrevista telefónica desde Londres. «Son tan visibles, realmente anuncian a la persona que los usa».

Jones dijo que él y unos pocos de sus colegas en el mundo hacen creaciones para las pasarelas de los mejores diseñadores y sus clientes. Tras ayudar a colocar a Londres como una capital para el diseño de sombreros en la década de 1980, a Jones le molesta que en las revistas de hoy no le den su lugar justo a los sombreros entre una ola de accesorios diferentes.

«Me enoja a veces que las revistas de moda incluyan accesorios y que haya zapatos, bolsos y con un poco de suerte una bufanda, pero lo más seguro es que no haya sombreros».

De hecho, ¿quién usa sombreros en estos tiempos?

En Estados Unidos las ventas totales de sombreros sumaron 2.200 millones de dólares de julio de 2010 a agosto de 2011, según datos de NPD Group. Pero los sombreros ya no son lo que eran, pues la gente común y corriente dejó de usarlos como una pieza de diario desde la década de 1960. A pesar de esto, Jill Hammer de la Asociación de Prendas para la Cabeza, un grupo de industriales con sede en Los íngeles, dijo que estamos muy lejos de la muerte del sombrero.

íšltimamente ha habido una gran resurgencia de los adornos para la cabeza, dijo Hammer, en especial desde que Kate Middleton se convirtió en duquesa de Cambridge. El programa «Mad Men» ayudó a que regresara la moda de los 60 incluyendo, desde luego, sombreros; mientras que Lady Gaga, Johnny Depp, Sarah Jessica Parker y Justin Timberlake también le han dado una mano a los sombreros.

Aunque la información sobre ventas es difí­cil de delimitar, considerando el espectro de las prendas (básicamente todo lo que va sobre la cabeza) sí­ se puede hablar de un aumento.

«En los últimos cinco años la industria ha experimentado un pico, en parte por la prevalencia de las celebridades que han comenzado a usar sombreros, también hay más diseñadores que incluyen sombreros en las pasarelas», dijo Hammer.

No hay una persona que no pueda usar sombreros, dijo Jones, de 54 años, quien entró al mundo de la moda en lo que es ahora el Colegio de Arte y Diseño Saint Martins de Londres y migró a los sombreos tras un viaje al departamento de sombrererí­a.

Jones dejó el colegio en 1979 y hací­a sombreros para sus amigos y compañeros de parranda. Abrió su primera sombrererí­a en Londres en 1980 y ha diseñado para las pasarelas de Jean-Paul Gaultier, John Galliano, Vivienne Westwood y Marc Jacobs, además de las cabezas de la princesa Diana, Mick Jagger y Madonna.

Los sombreros solí­an ser un sí­mbolo de conformidad, dijo Jones, pero la historia cambió.

«Podemos expresar lo que los diseñadores no pueden y lo podemos hacer de una manera mucho más alegre», dijo Jones. «En cambio si pones ese tipo de información en la ropa parece un disfraz».

La exposición no es «un tratado académico» sobre los sombreros, simplemente es «mi apropiación del tema, es realmente el ciclo de un sombrero».

Los sombreros, dijo Jones, son el signo de puntuación en el alfabeto de la moda: «Le damos las apóstrofes, los signos de interrogación, los signos de exclamación».