Habemus presupuesto


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A la mejor usanza del Colegio Cardenalicio cuando en un cónclave elige al nuevo Papa, este jueves a primeras horas de la mañana se vio humo blanco salir del Congreso de la República anunciando que tenemos presupuesto. Este anuncio que deberí­a de ser un acto al que la ciudadaní­a esté acostumbrada, se ha convertido en una excepción, pues es normal que el Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado se apruebe al filo de la navaja del tiempo o simplemente y ante la inexistencia de acuerdos entre las bancadas se prorrogue el del año anterior.

Juan Antonio Mazariegos G.

 


Preocupa por supuesto, el que la negociación intensa que se vivió en el Congreso de la República traiga como consecuencia u oculte, el que el presupuesto sea imposible de realizar o que cuando menos no alimente el nivel de déficit público que en sí­, conlleva un riesgo mucho mayor que el no cumplir con la totalidad de los compromisos estatales sobre programas y ofertas de campaña. Sin duda, el haber llegado a consenso es digno de elogiar, en este paí­s no estamos acostumbrados a consensos, sin embargo, falta ver si la suma de 59,547 millones que se dice fácil, es igual de sencilla de obtener y administrar con los niveles de transparencia y eficiencia que el paí­s se merece.

 Por supuesto es positivo y merece la aprobación ciudadana el hecho que se haya eliminado en el decreto 33-2011 la posibilidad de que las ONG puedan seguir realizando obras, toda vez que únicamente contribuyeron a saquear al Estado y como buenas empresas de papel generaron obras del mismo material que no soportan ni si quiera el paso de una depresión tropical, resultando en consecuencia indispensable que también se mejoren los controles presupuestarios para que los ladrones del erario nacional no cambien simplemente de siglas y pasen de ONG a SA, debiendo para el efecto mejorar el registro y calificación de proveedores del Estado como requisito mí­nimo e indispensable para mejorar la transparencia y la calidad en la ejecución de obra pública. Párrafo aparte merece la composición del Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado en cuanto al destino de los fondos, el mantenimiento de la estructura burocrática estatal nuevamente superó la inversión en obras e infraestructura y hasta que no se entienda que debemos generar infraestructura y obra por encima del mantenimiento burocrático este paí­s simplemente está destinado a no despegar pues no cuenta con los fondos necesarios para competir y generar riqueza para sus ciudadanos. En fin, habemus presupuesto (tenemos presupuesto), balanceado o no, realista o imposible de cumplir, no podremos saberlo si no hasta demostrar que era un presupuesto pragmático como lo ordena nuestra Constitución y no las cuentas del gran capitán como usualmente sucede. Espero que el Gobierno entrante esté consciente de la importancia de buscar combatir el contrabando y la evasión como vehí­culos para mejorar la recaudación del Estado que comprenda que la ejecución de obras de calidad contribuyen al desarrollo de todos, ya tienen el cheque debemos fiscalizar que lo administren como lo que es, el dinero de todos.