Danielle Mitterrand, combatiente condecorada de la Resistencia francesa y abierta defensora de los derechos humanos, y quien rompió el molde como primera dama al lado del primer presidente socialista de Francia, murió la madrugada del martes. Tenía 87 años.
Mitterrand falleció tras ingresar al hospital Georges Pompidou de París por fatiga, dijo Rita Cristofari, vocera de la fundación de derechos humanos France Libertes, que la ex primera dama presidía Mitterrand.
Mitterrand, que con frecuencia apoyó causas izquierdistas, fue esposa del ex presidente francés Francois Mitterrand, a quien conoció en 1944 cuando ambos combatían en la Resistencia contra la ocupación nazi. El ex mandatario murió en 1995 después de 14 años en el poder.
Durante años, Danielle Mitterrand encabezó France Libertes, una fundación de derechos humanos sin fines de lucro.
Declarada militante izquierdista, Mitterrand utilizó los 14 años de Presidencia de su esposo para impulsar su agenda y las causas que le eran más gratas, un cometido que tradicionalmente no han ejercido las primeras damas de Francia en deferencia a sus esposos, salidos de las urnas.
En el entierro de su esposo, Danielle Mitterrand permaneció ante el ataúd del fallecido ex mandatario acompañada de la amante del Presidente y la hija que tuvo con ella.
Activista resuelta, aunque moderada en el hablar, defendió diversas causas izquierdistas, desde los insurgentes marxistas en El Salvador a los guerrilleros zapatistas en sudeste de México a los curdos y tibetanos, oponiéndose siempre a voz en cuello a los excesos del sistema capitalista.
Mitterrand llegó a besar a Fidel Castro en la escalinata que conduce al Palacio del Elíseo, la sede de los presidentes franceses en París.
Su fundación dijo que Mitterrand se inspiró en una frase del filósofo marxista francés Jean-Paul Sartre: «No es adecuado querer sanar el sufrimiento del pueblo sin comprometerse a compartir las causas de ese sufrimiento».
France Libertes dijo que Mitterrand dejó «un mensaje de esperanza».
Mucho antes de los movimientos de Indignados y Ocupemos Wall Street, Mitterrand dijo en 1996 al diario capitalino Le Figaro que «por supuesto, el mundo gira en torno al Dow Jones, el índice bursátil Nikkei y el CAC 40 (la bolsa francesa). …Pero en todo el mundo han comenzado a levantarse pequeñas voces indicando que el hombre no es feliz incluso si la bolsa va bien».
El mes pasado reiteró ese argumento en una entrevista con la radioemisora RTL: «Todo el mundo sabe que los cimientos del sistema son hoy el dinero: El dinero es el gurú, el dinero lo decide todo … por eso trabajamos para salir de este sistema».
De todo el espectro político francés se sumaron voces de elogio. La oficina del presidente Nicolas Sarkozy dijo que «ni el revés ni la victoria la hicieron desviarse del camino que se trazó, de prestar oídos a la voz de aquellos que nadie quiere escuchar».
En una entrevista en 1986, sus ojos azules lanzaron un destello ante la insinuación de que parecía una primera dama estadounidense por su fuerte presencia en escena.
«No hay un papel tradicional» para la primera dama, dijo Mitterrand. «Cada mujer tiene su propia personalidad… y actúa de acuerdo con su conciencia y sensibilidad».
Le sobreviven sus hijos Gilbert y Jean-Christophe. Se prevé realizar un servicio fúnebre el sábado en Cluny, en el este del país, dijo la fundación.