Como suele suceder en Guatemala, se publicó una información que ha de haber encrespado a un sector de la población y posiblemente provocó algunas palabras altisonantes de desaprobación y gestos de asombro de los lectores, pero al día siguiente la repulsa ya se había desvanecido.
En efecto, el martes 25 de octubre –pronto hará un mes-, el matutino Prensa Libre informó detalladamente que tres viceministros de Economía y el gerente de esa cartera obtuvieron un complemento mensual a su sueldo desde el mes de abril del año en curso, mientras otros funcionarios de confianza tramitaban ese beneficio salarial, como si el Gobierno estuviera nadando en recursos financieros y no en trapos de cucaracha, como se viven quejando las más altas autoridades estatales, desde el mandatario hasta el ceñudo ministro del Tesoro..
En más de una ocasión estuve tentado a publicar un artículo al respecto, pero me abstuve de mi propósito, porque me detenía la posibilidad de que entre el tiempo que mediaba en redactar la columna, el envío con suficiente anticipación a la Redacción de La Hora y la publicación de la edición del día posterior, podría ocurrir que el ministro Luis Velásquez ordenara que se diera marcha atrás, pero no por decisión propia obviamente, sino como consecuencia de una resolución del presidente ílvaro Colom, en un fugaz y repentino destello de sensatez..
A estas alturas ese desafortunado incremento salarial ya es irreversible, y no me queda más que lamentar y condenar tan arbitraria decisión, en medio de la crisis que atraviesan las finanzas del Estado y la pobreza que agobia a1 54 de la población, en tanto que el 29.1 % se encuentra en la indigencia.
Sin embargo, para el ministro Velásquez, un neoliberal de lo más conservador del actual Gobierno dizque socialdemócrata, esas estadísticas no las conoce o finge ignorarlas, puesto que cuando fue entrevistado por la periodista Sandra Valdez acerca del incremento salarial tan inoportuno, pretendió justificarlo al decir que se trata de “un paso salarial que es normal para todos los ministros y viceministrosâ€
Para demostrar su arrogancia y desfachatez el titular de Economía subrayó sin recato que “Inclusive yo, como ministro, cuando cumpla seis meses, automáticamente lo van a solicitar (¿Quiénes y obedeciendo órdenes de quién?), pues es un paso normalâ€. No recuerdo la fecha en que asumió ese cargo el señor Velásquez, en vista de que por esa cartera han desfilado no menos de tres ministros, pero sería una agradable noticia enterarme que no cumplirá medio año al frente de su despacho.
Los agraciados con tan particular y generoso “paso salarial†son los viceministros Abel Francisco Cruz Calderón, María Teresa Ayala Quiroa y Raúl Trejo Esquivel, a quienes le complementaron sus sueldos mensuales con otros Q5 mil, y el gerente Luis Antonio Suárez Roldán, beneficiado con otros Q6 mil. Estos incrementos salariales desproporcionados tratándose funcionarios de confianza, como ya lo advertí, es otra pequeña muestra de la inequidad social que está conduciendo a Guatemala a un sombrío panorama y que alienta el movimiento de Los Indignados en otros países del mundo, aunque el pueblo guatemalteco es tan aguantador que ni siquiera levanta su voz de protesta o malestar.
(El inquisitivo reportero Romualdo Tishudo le pregunta a un viceministro:-Para usted, ¿cuál es la diferencia entre trabajo y energía? El funcionario replica:- Es trabajo, por ejemplo, si cogemos una silla y la ponemos en otro lugar del despacho, y energía es cuando la silla se levanta sola de un salto).