El presidente de Cuba, Fidel Castro, acusó ayer al gobierno estadounidense por la «brutal» libertad condicional otorgada al anticastrista Luis Posada Carriles, según su tercer artículo difundido en menos de dos semanas, durante su convalecencia de ocho meses y medio.
Bajo el título «Respuesta brutal», Castro responsabilizó al presidente George W. Bush de dictar «las instrucciones» para el fallo dictado por Kathleen Cardone, jueza de la Corte Federal de El Paso, Texas, que el pasado viernes concedió la libertad bajo fianza a Posada Carriles.
«Fue el propio presidente Bush quien eludió en todo momento el carácter criminal y terrorista del acusado. Se le protegió imputándole una simple violación de trámites migratorios. La respuesta es brutal. El gobierno de Estados Unidos y sus instituciones más representativas decidieron de antemano la libertad del monstruo», subrayó.
El líder cubano, de 80 años y quien no aparece en público desde que fue sometido a una cirugía intestinal el 27 de julio, tampoco hizo referencia a su estado de salud en este artículo, el tercero tras los publicados el 29 de marzo y 4 de abril en los que ataca la política de biocombustibles de Bush.
Con este tercer artículo, que se refiere estrictamente a un tema que afecta a Cuba, el presidente cubano ratifica una creciente actividad, una progresiva mejoría y la posibilidad de un posible retorno a la vida pública.
En su nota entregada a la prensa este martes, Castro afirma que «no por esperada la decisión de Bush es menos humillante» para Cuba, tras recordar que La Habana denunció el 11 de abril de 2005 que Posada Carriles salió «desde Centroamérica, vía Cancún, hacia Isla Mujeres», a bordo de la embarcación Santrina, e ingresó a Miami.
«De sus incontables víctimas, de sus bombas contra instalaciones turísticas en años recientes, de sus decenas de planes financiados por el gobierno de Estados Unidos para eliminarme físicamente no se dice una sola palabra», manifestó.
Castro consideró que el próximo 1 de mayo será un «día ideal» para que los cubanos «con un mínimo de gasto en combustible y medios de transporte», expresen sus reclamos por la política que Estados Unidos a mantenido hacia Cuba durante casi medio siglo de revolución.
La magistrada federal en Texas (suroeste) concedió el viernes a Posada Carriles, en un juicio por fraude migratorio y falso testimonio; pero la agencia de control de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos tiene una orden de deportación contra el anticastrista por entrar ilegalmente al país en marzo de 2005.
No obstante, Posada Carriles es reclamado por la justicia venezolana que lo acusa del atentado con bomba contra un avión de Cubana de Aviación en pleno vuelo, que en 1976, dejó 73 muertos.
Cuba acusa al anticastrista de 79 años de ser autor intelectual, además de la voladura del avión, de los atentados con bombas a hoteles cubanos en 1997 y de planificar un asesinato del presidente Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana en Panamá 2000.
Desde que fue visto por última vez, Fidel Castro sólo ha aparecido en fotos y en seis videos -el más reciente el 30 de enero cuando mostró un mejor semblante-, enviado mensajes escritos y conversado por teléfono.
En la última foto, divulgada por el diario colombiano «El Tiempo» a mediados de marzo, aparece vestido con ropa deportiva, de pie, conversando animadamente con su amigo el escritor colombiano Gabriel García Márquez.
Los familiares de las víctimas de la voladura de un avión comercial cubano en 1976 expresaron, hoy, indignación por el fallo de liberación bajo fianza en Estados Unidos de Luis Posada Carrilles, acusado de ser autor intelectual del atentado que dejó 73 muertos.
«Nos sentimos realmente indignados, no solamente los familiares, el pueblo también, se me han acercado muchas personas dándome su opinión y realmente vemos en el gobierno norteamericano una maniobra de tratar de proteger a este terrorista», declaró Camilo Rojo, del Comité de Familiares de las Víctimas.
El grupo se manifestó tras el artículo del presidente Fidel Castro, publicado este miércoles bajo el título «Respuesta Brutal», en el que el convaleciente líder cubano responsabiliza al presidente George W. Bush de ocultar «el carácter criminal y terrorista del acusado» con el fin de buscar la liberación «del monstruo».
Margarita Morales, hija de Luis Morales, director técnico del equipo de esgrima que falleció a los 45 años en el atentado, dijo a la AFP que «nos sentimos muy tristes y dolidos, otra vez traicionados por la justicia norteamericana».
«No pensábamos que iban a seguir apañando a Posada Carrilles. Nos alegra que el Comandante esté saludable y que se esté dedicando a los temas que siempre se ha dedicado», dijo Morales.
A pesar del fallo de liberación, la agencia de control de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos tiene una orden de deportación contra el anticastrista por entrar ilegalmente al país en marzo de 2005, y anunció que no lo soltará.