Dwyane Wade está listo para jugar al basquetbol y, aunque quisiera hacerlo en Miami, piensa ya en la posibilidad de emigrar a otra ciudad.
Wade dijo el jueves que dio a su agente Henry Thomas la autorización para buscar cualquier oferta viable a fin de jugar en alguna liga extranjera en esta temporada, con la salvedad de que no firmará con club alguno mientras exista una esperanza de que se realice la campaña de la NBA.
«Le dije a mi agente que eche un vistazo», dijo Wade en una entrevista con The Associated Press. «Ha llegado el momento. Existe la posibilidad de que no tengamos temporada. Vamos a ver lo que hay ahí, cuáles son las posibilidades. Quiero jugar basquetbol a nivel competitivo este año, pues ya me he perdido un año de basquetbol en mi vida y no quiero perderme otro. No me quedan muchos».
Wade se perdió su primera temporada de basquetbol colegial en Marquette mientras ponía en orden algunos asuntos académicos y administrativos. Pero el problema actual es desde luego muy distinto.
El astro del Heat no ha perdido la esperanza de que haya una campaña. Dijo esperar todavía que la temporada comience en la Navidad, aunque reconoce que ahora eso parece poco probable.
«Estoy con la mayoría. Cuando todos estén listos para jugar yo lo haré», dijo Wade. «Estoy dispuesto a mantener listas nuestras armas si eso es lo que decidimos. El mensaje para los aficionados sigue siendo el mismo que expresé: Es difícil para los jugadores decir que lamentamos esto, porque la gente considera que no. Pero éste es nuestro trabajo y tenemos que hacer esto. Nadie desea más que los jugadores el volver a la cancha».
Wade habló el jueves, durante la grabación de una nueva campaña publicitaria de Gatorade, que se estrenará a comienzos del año próximo. Fue el día número 140 del cierre patronal de la NBA y, mientras hablaba, el jugador miraba hacia una gran ventana, cerca del AmericanAirlines Arena, el inmueble donde el Heat disputa sus encuentros como local.
El Jugador Más Valioso de la final de la NBA en el 2006 volvió a esa arena el martes por la noche, como invitado para un concierto en el que participaron Jay-z y Kanye West. Fue la primera vez que entró al inmueble desde que el Heat perdió la final de la NBA con los Mavericks de Dallas.
Desde el 30 de junio, cuando comenzó el paro al expirar el contrato colectivo anterior, los clubes no pueden tener contacto con los jugadores ni permitirles la entrada a sus instalaciones.