El anuncio formulado por el Presidente electo en el sentido de crear un viceministerio de Gobernación que asuma las funciones de Zar Antidrogas en el país es interesante y vale la pena profundizar en la tesis, puesto que el narcotráfico constituye uno de los problemas más serios para Guatemala y tiene que diseñarse toda una estrategia para contener el avance de ese mal.
Entendiendo que el problema no es nuestro, sino que producto de la indiferencia norteamericana para atacar el consumo, hay que ser prácticos y entender que como nosotros ponemos los muertos, también debemos poner nuestra propia estrategia y en ese sentido hay que redoblar los esfuerzos con acciones concretas. Una dependencia que asuma la responsabilidad es una buena idea, siempre y cuando se complemente con una eficaz fiscalía contra el narcotráfico y un notable esfuerzo por depurar los tribunales que tendrán a su cargo la tarea de conocer esos procesos.
La lucha contra el narcotráfico tiene que ser efectivamente judicializada si pretendemos que sea efectiva. El uso de la fuerza militar en el combate a las bien organizadas y estructuradas bandas de los traficantes obliga a generar una estructura en la que el encargado de ese combate tenga la capacidad esencial de coordinar esfuerzos entre fuerza policial y Ejército, con el Ministerio Público para realizar su labor, a sabiendas de que cuentan con estructuras judiciales que puedan ser inmunes al enorme poder de los que comercian con las drogas.
De lo contrario, un viceministro más que pueda ser algo así como un jefe de la SAIA o de la fuerza policial antinarcótica no tiene mayor efecto y consecuencias porque no se cierra el círculo mediante la judicialización de los casos. Y a lo mejor hasta se podría avanzar en la eliminación de algunos traficantes, pero en Guatemala nos urge afianzar y solidificar el estado de derecho, evitando tentaciones que nos lleven a limpias sociales que al final nos prostituyen como sociedad.
La coordinación entre el Ejecutivo y el Ministerio Público tiene que dar como resultado la creación de una fiscalía especializada que cuente con los elementos de seguridad y capacidad de investigación para ser aporte en la lucha contra ese enorme poder que se está adueñando de Guatemala. Un Zar Antidrogas que no tenga ese respaldo de la fiscalía y que tenga que trabajar con jueces corruptos que están en pública subasta, estaría condenado al fracaso por mucho apoyo que pueda tener del mismo Presidente de la República. La lucha antidrogas tiene que ser profunda, pero será efectiva en la medida en que la logremos enmarcar en los procedimientos de ley.
Minutero:
Ya nombrado el Gabinete
puede empezar el sainete;
a ver si con esa nueva gente
sale algo diferente