Un documental ilumina al escurridizo Woody Allen


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Podrán ver su máquina de escribir, la Olympia portátil que Woody Allen ha usado para teclear todo lo que ha escrito desde la adolescencia.

Por FRAZIER MOORE NUEVA YORK / Agencia AP

Podrán ver lo que hay dentro de su «cajón de ideas» en su mesita de noche, donde esconde trozos aleatorios de papel, que le servirí­an de inspiración para un próximo filme.

Podrán verlo en su papel de director, tanto en el pasado como filmando «You Will Meet a Tall Dark Stranger» en el 2010, una notable exposición para un artista conocido por mantener su plató sellado.

En resumen, podrán ver a este cineasta legendariamente huraño cara a cara, encantador y franco, y, sí­, gracioso al mostrar un claro contraste con el neoyorquino neurótico obsesionado con la muerte y el sexo al que ha representado estupendamente en tantos clásicos del cine.

Resulta que en el fondo, Woody Allen es un escritor.

«Escribir es la gran vida», dice al principio de la pelí­cula, recostado en su cama garabateando en una libreta.

Sólo cuando comienza la producción del guión que ha escrito es que realmente empieza, dice, y «todos tus planes de realizar una obra maestra se reducen a , ‘me prostituiré de cualquier modo necesario, para sobrevivir esta catástrofe»’.

Una presentación de «American Masters» (Maestros estadounidenses), «Woody Allen: A Documentary» es un banquete de dos partes y tres horas y media para todos los fans de Woody y cualquiera interesado en el mundo creativo de un artista prominente y persistente. Esta semana debuta por CBS, el domingo y lunes a las 9 p.m. hora del este (0200 GMT del dí­a siguiente).

El documental visita la niñez de Allen en el área Midwood de Brooklyn y su primera aventura como escritor profesional: proveer chistes para columnistas y cómicos mientras cursaba la escuela secundaria. Cubre su creciente éxito en los años 50 y 60 como un escritor de comedia para la TV, y luego como un comediante naciente por sí­ mismo.

Pero todo esto fue un preludio para «Take the Money and Run» (en español «Robó, huyó y lo pescaron» o «Toma el dinero y corre»), una alocada comedia de 1969 que escribió, dirigió y protagonizó — su primera excursión como un autor que, asombrosamente desde entonces, ha promediado un filme por año durante más de cuatro décadas.

Allen nunca se ha destacado por su éxito de taquilla, aunque «Annie Hall» (1977) fue una sensación comercial y crí­tica, y este año «Midnight in Paris» tomó a todos desprevenidos al convertirse en su pelí­cula más rentable.

«Realmente no me importa el éxito comercial … rara vez lo logro», dice Allen con una incipiente sonrisa sobre los altibajos de su carrera.

«No tengo la concentración o la dedicación que uno realmente necesita para ser un gran artista», dice en otro momento del filme. «Prefiero estar en casa viendo un juego de pelota».

«Lo que a veces parece una falsa modestia es en verdad modestia; la racha de autorechazo es muy real», afirma el cineasta Robert Weide, antiguo seguidor de Woody que pasó los últimos tres años realizando el documental.

«En su propia mente», dijo Weide recientemente, «él es sólo este director especializado que tiene la oportunidad de hacer una pelí­cula al año, y la hace… Piensa que es sólo un pequeño mequetrefe que ha logrado arreglárselas para conquistar a un porcentaje del público».