El primer ministro designado de Italia, Mario Monti, inició hoy las negociaciones para formar un nuevo gobierno de tecnócratas apolíticos encargados de apuntalar la maltrecha economía, calmar a los mercados y evitar la desintegración del euro.
Tras perder la confianza de los mercados financieros, el primer ministro Silvio Berlusconi dimitió la semana pasada, como prometió, después que ambas cámaras del Parlamento aprobaran las medidas de austeridad y reformas de emergencia pactadas con sus socios de la Unión Europea.
El presidente Giorgio Napolitano designó el domingo a Monti para formar un gobierno capaz de adoptar las reformas económicas que fomenten el crecimiento y reduzcan la deuda soberana, que alcanza el 120% del PIB.
Un eventual cesación de pagos en su deuda soberana de 1,9 billones de euros (2,6 billones de dólares) causaría un gran caos en los mercados financieros y afectaría la economía global.
Al parecer Monti es respetado por muchos italianos, deseosos de ver el final de la crisis financiera.
«En mi opinión él será mejor que lo que nosotros teníamos antes. Parece ser una persona seria, normal y con experiencia», opinó Bernardo Albrigo durante un paseo por el mercado al aire libre de Campo Dei Fiori, en el centro de Roma.
A fines de abril Italia tendrá que pagar unos 200.000 millones de euros (273.000 millones de dólares) en bonos vencidos.
El lunes, Italia recaudó 3.000 millones de euros (4.100 millones de dólares) con un remate de bonos a cinco años, aunque a un costo mayor, ya que los inversionistas exigieron un interés del 6,29%, el nivel más alto desde 1997, frente al 5,32% hace un mes.
El lunes, el rendimiento de los bonos soberanos italianos a 10 años bajó al 6,28% antes de estabilizarse en el 6,40%.