Europa carece de cortafuegos para enfrentar la crisis


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El Banco Central Europeo es por ahora el único medio probado de la eurozona contra el nerviosismo de los mercados que acosa a las 17 naciones que la integran, a Italia en primer lugar.

Por DAVID McHUGH FRANCFORT / Agencia AP

Empero, aunque su programa para adquirir bonos de los paí­ses en apuros como Italia tiene en teorí­a recursos financiero ilimitados, el BCE se muestra renuente a usarlo y considera que depende de cada gobierno sanear sus libros de contabilidad.

Definir el cometido del BCE en la crisis ha adquirido nueva urgencia porque Europa carece de otros mecanismos para contener el maremoto de la deuda soberana y dar a los paí­ses más endeudados los meses — y los años — que necesitan para aprobar nueva legislación y enmendar sus balances.

El fondo de rescate de la eurozona, a quienes los gobiernos dieron recientemente más poderes, debí­a haber sido el principal mecanismo para proteger economí­as como las de Italia. Empero, las autoridades europeas necesitan más tiempo para ultimarlo.

Mientras tanto, la crisis se agrava dí­a a dí­a, y el interés de los bonos soberanos italianos a 10 años superó el 7%, nivel que empujó a Grecia, Irlanda y Portugal a pedir planes de rescate para evitar la bancarrota.

Un elevado interés encarece el precio del dinero a crédito y requiere mayores desembolsos para resarcir las deudas más antiguas: el año pasado el interés promedio fue del 4%. El mayor interés contribuye a aumentar la deuda total y empeora el panorama financiero en un cí­rculo vicioso.

Las autoridades europeas necesitar abaratar el precio del dinero que toma a préstamo Italia mientras el paí­s intenta poner en práctica reformas que le permitan reducir el déficit y mejorar el crecimiento, una tarea que llevará tiempo.

Las alternativas son limitadas. Su nuevo fondo de rescate de la eurozona no está terminado y quizá no tenga dinero suficiente. Los gobiernos de la eurozona se han negado a aportar más dinero, por lo que buscan la forma de incrementar los 440.000 millones de euros (600.000 millones de dólares) en reservas a 1 billón de euros al permitirle asegurar parcialmente contra pérdidas el valor de los bonos soberanos.

Empero, un seguro de ese tipo no ha sido aún finalizado y quizá no cubra las necesidades de endeudamiento de Italia — 300.000 millones de euros solamente en el 2012.

Igualmente, los paí­ses de la eurozona podrí­an emitir conjuntamente eurobonos, ligando de forma efectiva las finanzas de los paí­ses con sólida contabilidad y los que están al borde de la bancarrota. Empero Alemania, que aporta ya la parte del león en los planes de rescate, indicó tajantemente que los eurobonos no son una alternativa.

Ello deja en última instancia al BCE. El banco ha intervenido en los mercados en momentos crí­ticos durante la crisis de la deuda soberana y lo hizo nuevamente el mes pasado. Los analistas creen que seguramente el BCE logró en parte que bajara el jueves el interés de los bonos italianos.

Empero, aunque el BCE podrí­a prestar ayuda en los momentos de pánico, indicó claramente que su misión no es proteger a los paí­ses de la consecuencias de sus malas gestiones financieras.

El nuevo presidente del BCE, Mario Draghi, dijo la semana pasada que la prohibición no aumentarí­a las compras y que depende de los gobiernos hacer lo necesario para salvarse por sus propios medios.

Indicó que «carecerí­a de sentido» esperar que el BCE abarate las tasas de interés, e insistió que las compras son temporales y limitadas. Si los planes económicos de un paí­s son creí­bles, ello quedará reflejará en las tasas de interés que tendrá que ofrecer para atraer inversiones.