Herederas tendrán mismos derechos al trono


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Si el primer hijo de Guillermo y Catalina fuera una niña, ahora está más claro que probablemente se convertirí­a en reina, aun si tuviera un hermano menor varón, y si lo desea, podrí­a casarse con un hombre católico.

Por CASSANDRA VINOGRAD LONDRES /Agencia AP

Los paí­ses de la Mancomunidad Británica acordaron hoy cambiar las reglas de siglos de antigí¼edad sobre la sucesión al trono que da preferencia a los hijos varones sobre sus hermanas, incluso si ellas son mayores. Así­ que si Guillermo y Catalina Middleton  -actual duquesa de Cambridge- tienen una primogénita, ella pasarí­a a la historia como la primera princesa en obtener el trono por encima de cualquier hermano menor.

También acordaron retirar una prohibición que impedí­a que los monarcas se casaran con católicos.

Si las nuevas reglas sobre las herederas reales hubiesen estado vigentes en el siglo XVI, Enrique VIII no habrí­a sido una figura histórica tan notable.

La medida es un pequeño paso: antes de que entren en efecto, los cambios deben ser aprobados por las legislaturas de las 16 naciones ante las cuales la reina Isabel II es la jefa de Estado. A pesar de esto, el acuerdo, que se logró en una reunión de la mancomunidad en Perth, Australia, representa un triunfo sobre prácticas consideradas obsoletas y sexistas en gran parte del mundo.

Otras naciones como Suecia, Bélgica, Holanda y Noruega han emprendido pasos similares.

En abril, la boda real de Guillermo y Catalina revivió el debate sobre la sucesión que ha durado décadas.

Catalina dijo en Canadá que espera tener su propia familia y Guillermo ha dicho lo mismo.

Al poco tiempo de la boda, la gente comenzó a hablar sobre sus bebés, lo que hizo que este tipo de revisiones fueran más urgentes.

Las autoridades insisten que es demasiado pronto para hablar de un embarazo de Catalina. Pero los historiadores consideran que es el momento correcto.

«No hay que cambiar mucho la Constitución, pero es una buena idea hacerlo en este momento», dijo el experto en realeza Hugo Vickers. «Es mucho mejor resolverlo antes de que lleguen los bebés».

Las nuevas reglas sobre las herederas serán efectivas sólo para los futuros integrantes de la realeza y no cambiarán la lí­nea actual de sucesión.

Guillermo es el segundo en la lí­nea de sucesión al trono; lo precede su padre el prí­ncipe Carlos, quien es el primogénito de la reina. Ana, la segunda hija de la reina, tiene menos relevancia en la lí­nea de sucesión que sus hermanos menores Andrés y Eduardo, pues ellos son varones.

Carlos sólo tuvo dos hijos: Guillermo y Enrique, por lo que el asunto del género nunca se planteó con ellos.

En Perth también se tomó la decisión de retirar una prohibición que impedí­a que los monarcas se casaran con católicos. Los crí­ticos habí­an dicho que esa regla era abiertamente discriminatoria, pues los integrantes de la realeza se pueden casar con judí­os, musulmanes, hindúes y fieles de cualquier otra religión.

«Gran Bretaña ya no es el paí­s religioso que solí­a ser», dijo Joe Little, director editorial de la revista Majesty. «No es por denigrar la importancia de la religión, pero ahora es mucho menos importante que hace 60 años».

La regla sobre las herederas al trono ha impedido que las mujeres lleguen fácilmente a ser reinas. El primer descendiente de la reina Victoria fue una hija, también llamada Victoria, pero su hermano menor fue quien se convirtió en el rey Eduardo VII.

Si la reina Victoria hubiese podido heredar la corona a su primogénita, el reinado de la princesa Victoria habrí­a sido corto, pues murió en 1901, el mismo año que su madre.

Después habrí­a reinado el hijo de la princesa Victoria, Guillermo II, quien en ese entonces era un káiser alemán. Puesto que Guillermo II habrí­a sido monarca al mismo tiempo en Alemania y Gran Bretaña, posiblemente no habrí­an ocurrido las guerras mundiales.

La historia más remota también habrí­a sido muy distinta si las mujeres hubiesen tenido los mismos derechos para heredar el trono.

Ni Enrique VIII ni Carlos I habrí­an sido reyes, porque ambos tuvieron hermanas mayores que, con las nuevas reglas, habrí­an sido reinas.

Como rey, Enrique VIII comenzó la creación de la Iglesia Anglicana, sus seis matrimonios dejaron una lí­nea de sucesión incierta, pues tení­a un hijo enfermizo y dos princesas, de acuerdo con el sitio oficial de la monarquí­a. Por su parte, el reinado de Carlos I llevó a una guerra civil sangrienta en el silo XVII.

Guillermo y su esposa han sido reconocidos por darle una imagen fresca a la monarquí­a y las nuevas reglas de sucesión parecen ir acordes con esto.

«Â¿Por qué deberí­a ser más importante un hijo que una hija real en esta época?», dijo Little.

Nueva Zelanda encabezará un grupo de trabajo de los paí­ses de la mancomunidad para analizar cómo realizar las reformas.