Mientras semanas atrás el mundo conmemoraba de forma simbólica el nacimiento del habitante número 7 mil millones, en Guatemala había muy poco que celebrar sobre la situación del crecimiento demográfico, que sin control ni planificación resulta ser una consecuencia más de la pobreza enraizada en una sociedad inequitativa y desigual, y que pocos entienden en una dimensión justa.
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Aníbal Barrios es solo uno de los 7.5 millones de guatemaltecos que, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), viven en la pobreza y además son víctimas de la desigualdad económica que prevalece en el país.
Tiene 40 años; nació en San Marcos, en una familia numerosa y de escasos recursos. Con siete hermanos –cuatro hombres y tres mujeres–, cuando niño nunca pudo asistir a la escuela y se vio obligado a trabajar desde joven para ayudar a sus padres.
En ese contexto, una familia numerosa no tiene mucho que celebrar en Guatemala, pues las condiciones de sobrevivencia parecen una condena que les impide superarse para mejorar su calidad de vida, creando así un círculo vicioso de pobre desarrollo.
Pese a que está consciente que tener muchos hermanos redujo sus posibilidades de desarrollo, Aníbal siempre supo que había algo más atrás de la pobreza de su núcleo familiar, pues recuerda que en su juventud vio en San Marcos a familias numerosas y “pudientesâ€.
Así surgieron sus dudas sobre el origen de la pobreza, que a su criterio no necesariamente tiene relación con la cantidad de personas que habitan en un lugar. ¿Está equivocado?
ARGUMENTOS
El analista Adrián Zapata señala que existen diversos argumentos sobre los orígenes de la pobreza, y explica que aun sin fundamentos válidos hay quienes aseguran que “las personas son pobres porque tienen muchos hijosâ€.
“Ese argumento dice que hay pobreza como consecuencia del aumento de población, pero con eso realmente se pretende ocultar la realidad de una estructura social injusta, que se resiste a una redistribución de riqueza por la vía de impuestos administrados eficiente y honestamente para proveer de servicios y oportunidades a quienes hoy están marginados de la posibilidad de alcanzar desarrollo humanoâ€.
En el caso de Guatemala, según el experto, la pobreza se deriva de la desigualdad social y económica, y esta situación a su vez, ocasiona que las familias en situación económica desfavorable no puedan acceder a la educación y los métodos que les ayudarían a planificar el crecimiento de su familia.
“Que nuestro país esté en condiciones de incorporarse competitivamente dentro de la mundialización económica no depende de la cantidad de población que tenga. Eso depende de cómo se desempeña como país, eso depende de los niveles de educación, de salud, de la infraestructura. Esto quiere decir que depende de un todo que el país sea competitivo no solamente de su crecimiento demográficoâ€, indica Zapata.
LOS ORíGENES
Aníbal consiguió analizar –con una lógica simple– lo que muchos todavía no entienden, y es que según los expertos, el crecimiento de la población no es la causa de la pobreza, pero esta sí ocasiona un aumento en las tasas demográficas.
Erwin López, analista de Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos, explica que si bien en Guatemala hay una alta correlación entre la pobreza y la sobrepoblación, eso no significa que necesariamente la desigualdad tenga sus orígenes en el factor demográfico.
En primera medida, la pobreza es ocasionada por la inequitativa distribución de la riqueza –a través de sistemas tributarios desiguales– y factores históricos que han marginado a las poblaciones rurales, y especialmente a los grupos indígenas.
Y consecuentemente, Catalina González, de la organización Mujeres en Acción, señala que la situación de pobreza dificulta a las mayorías el acceso a los métodos de planificación familiar y por eso se explica el crecimiento demográfico sin control.
“Al final sí podría decirse que es un círculo vicioso (…) porque cada vez la población crece más y no hay cambios estructurales que avizoren un modelo de equidad para las mayoríasâ€, indica.
Según la activista, “es necesario que se combata la pobreza con medidas económicas que hagan prevalecer la justicia socialâ€, y por otro lado “se implementen programas de planificación familiar para todos, ricos y pobresâ€.
NO TODOS SE BENEFICIAN
Según el informe de UNFPA hay mucho por celebrar al llegar a la cifra de 7 mil millones de habitantes, pues quiere decir que la esperanza de vida pasó de 48 años en 1950 a 68 años en el 2011, y la mortalidad infantil, que era de 133 por cada mil personas en 1950, ahora es de 46 por cada mil personas.
“La actual magnitud sin precedentes de la población puede considerarse desde muchos puntos de vista como un éxito para la humanidad, pero no todos se han beneficiado con este adelanto, ni con la mejor calidad de vida que entrañaâ€, señaló el reporte.
Al respecto, Babatunde Osotimehin, director del UNFPA, escribió que “si planificamos y efectuamos desde ahora las debidas inversiones en las personas –a fin de facultarlas para que puedan efectuar opciones que benefician no solamente a esas personas, sino también a nuestros bienes mundiales–, nuestro mundo (…) podrá contar con ciudades prósperas y sostenibles, fuerzas laborales que impulsen a las economías y poblaciones de jóvenes que contribuyan al bienestar de sus sociedadesâ€.
“Reflexionemos y asumamos acciones para transformar nuestro mundo, donde cada persona ejerza con plenitud sus derechos humanos. Yo creo que es un hito muy importante para la humanidad el reflexionar sobre lo importante para toda la sociedad, en especial para Guatemala vivir en un mundo poblado de 7 mil millones de personasâ€, dijo Leonor Calderón, representante de las Naciones Unidas, Guatemala.
“En América Latina los Estados deben superar grandes obstáculos, entre ellos reducir la pobreza y la desigualdad que pueden generar un crecimiento de la población más lento, liberar el poder de las mujeres y niñas para acelerar un mayor progreso entre las comunidadesâ€, puntualizó la representante de UNFPA.
Tasas en Guatemala
En el marco de la presentación del informe de Estado de la Población Mundial 2011 del Fondo de Población de Naciones Unidas, La Hora publicó el pasado 11 de octubre las declaraciones de Mauricio Valdés, coordinador residente del Programa de Naciones Unidas en Guatemala, quien dio a conocer que la última medición para el país determinó una tasa de natalidad de 3.6 hijos por cada mujer en edad reproductiva.
Para las mujeres indígenas, este porcentaje es de 4.5 hijos por cada fémina en edad reproductiva, que sigue colocando al país como el poseedor de la tasa de fecundidad más alta de América Latina.
Una proyección previa, estimaba que para 2050, en Guatemala habría 249% más de población, la misma estimación fijaba a Brasil con un crecimiento de 126%, Chile con 132%, Costa Rica con 162%, toda América Latina con 14% y el mundo entero con 151%.
Estas cifras tomando en cuenta la tasa de natalidad que en 2003 se registró en Guatemala; 5.1 hijos por mujer en edad reproductiva. Sin embargo, a pesar de la reducción de este porcentaje, Valdés aseguró que mientras más se eleve en el país la cantidad de población, se seguirá elevando el número de gente pobre.
Adrián Zapata
Analista