Médico de Michael Jackson se defiende


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El médico sentenciado por la muerte de Michael Jackson prefirió nunca testificar en su juicio, pero se defendió en varias entrevistas con la cadena NBC que fueron grabadas antes de que el jurado diera su veredicto.

Por LINDA DEUTSCH LOS íNGELES / Agencia AP

El programa «Today» de la NBC planea transmitir las entrevistas con el médico Conrad Murray en las que justificó el uso del anestésico quirúrgico propofol para hacer dormir a Jackson. Aunque muchos expertos testificaron en su juicio que el propofol no se debió usar en la casa de Jackson el médico dijo que no estaba de acuerdo.

«Creo que no se recomienda que el propofol se administre de forma casera», dijo Murray, «Pero esto no está contraindicado».

También dijo que Jackson habí­a usado la substancia mucho tiempo antes de que conociera a Murray.

Las entrevistas con el cardiólogo, quien fue declarado culpable de homicidio involuntario el lunes, se transmitirá el jueves y el viernes. NBC presentó partes de las charlas el miércoles.

Cuando Savannah Guthrie de «Today» se lo preguntó Murray dijo que no era necesario que vigilara a Jackson porque le dio una dosis pequeña de propofol y dijo que esa fue la razón por la cual no se lo mencionó a los paramédicos cuando llegaron a la mansión de Jackson.

«Era poco relevante, 25 miligramos y el efecto desaparece, no es nada».

Guthrie insistió: «Pero les dijo de las otras medicinas ¿y no les contó del propofol?».

«Pues no tení­a un efecto», respondió Murray. «No era un gran asunto».

El médico forense determinó que Jackson murió a los 50 años de una «intoxicación aguda de propofol» cuando una gran cantidad de la medicina se complicó con otros sedantes.

Guthrie también le preguntó al médico si salió de la habitación de Jackson para hablar por teléfono.

«Claro, querí­a que descansara», respondió.

También dijo que Jackson no estaba bajo el efecto de una substancia que lo harí­a dejar de respirar «y no se suponí­a que debiera vigilarlo en ese momento porque no habí­a necesidad de hacerlo».

Otros médicos dijeron en el juicio de Murray que dejar al paciente solo tras darle un anestésico fue una falta grave a los estándares de cuidado que se esperan de un médico.

En algún momento Murray señaló que de haber sabido que Jackson tení­a un problema de adicción a los medicamentos quizá habrí­a actuado diferente. Los expertos testificaron que debió haber investigado los antecedentes médicos de Jackson antes de intentar tratarlo por su insomnio.

El médico dijo que quizá debió haberse negado cuando Jackson le pidió propofol, pero dijo que esto habrí­a sido como abandonar un amigo.

También el miércoles se supo que MSNBC transmitirá un documental sobre Murray, lo que escandalizó a los albaceas de la herencia de Jackson quienes dijeron que a Murray le están dando todas las facilidades para manchar la reputación de Jackson sin correr el riesgo de ser cuestionado por las autoridades.

Los albaceas John Branca y John McClain exigieron que el programa «Michael Jackson and the Doctor: A Fatal Friendship» (Michael Jackson y el médico: una amistad fatal) se cancele. El canal no hizo comentarios al respecto.

También el miércoles se transmitió una entrevista con una de las integrantes del jurado que declaró culpable a Murray, Debbie Franklin, de 48 años, quien dijo al programa «Good Morning America» de ABC-TV que hubo momentos conflictivos, que incluyeron gritos e intentos de convencer a otros, durante los dos dí­as de deliberaciones antes que se emitiera el veredicto.

Franklin dijo que la mayorí­a de los jurados habí­an decidido que el acusado era culpable el viernes, el primer dí­a de las deliberaciones.

Pero «no todo el mundo estaba convencido de que el doctor Murray era el único responsable de la muerte de Michael Jackson», afirmó en la entrevista videograbada.

«Cuando se acercaba el final del dí­a, por fin hicimos una votación», agregó. «No fue unánime y hablamos un poco más sobre ella».

El panel decidió reflexionar sobre la decisión durante un receso de un fin de semana.

«Fue estresante», señaló Franklin, quien es ayudante de abogado y madre de dos hijos. Dijo que habí­a «gritos y tení­amos que decir repetidamente: ‘Nadie hable mientras esté hablando esta persona. Levanten la mano si tienen algo que decir».