Brasil negocia con India el uso de los satélites espaciales de ese país para mejorar la vigilancia sobre la Amazonia y otros ecosistemas, dijeron el martes las autoridades sudamericanas.
El control de la deforestación ilegal en Brasil se ha vuelto una tarea cada vez más difícil ya que los responsables de la tala descubren formas de eludir el control satelital actualmente en marcha.
Mauro Pires, director de combate a la deforestación del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), órgano ejecutor de las políticas ambientales del gobierno, explicó que en los últimos tres años la tala ilegal se hace en espacios reducidos y no en grandes extensiones, como ocurría antes en la Amazonia.
Ello dificulta el monitoreo diario que realiza el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) mediante el uso de sensores de resolución moderada que pueden captar áreas deforestadas de más de 25 hectáreas, aunque resulta más eficiente en espacios de 100 hectáreas o más, explicó Luis Maurano, analista de sistemas del INPE.
«Necesitamos tener acceso a otro tipo de imágenes de satélite», dijo Maurano durante un seminario para periodistas. «Hicimos pruebas con un satélite indio, que funciona bien, pero no tenemos un acuerdo Brasil-India para recibir las imágenes», agregó.
Explicó que India lanzó el año pasado el satélite IRS-6 que ofrece una resolución mucho mayor y permitiría detectar las áreas deforestadas desde su fase inicial.
No obstante, Maurano reconoció que la negociación con India «está complicada», y se ha visto obstaculizada por temas diversos.
En una ocasión, dijo, la negociación entre las agencias espaciales de ambos países estaba cerca de concluir pero India dijo haber recibido información de que Brasil vendía armas a Pakistán, lo que echó por tierra los avances.
Aunque Maurano confió en que un acuerdo político permitirá a Brasil recibir la información satelital de India, admitió que el INPE podría tener que esperar hasta el lanzamiento de un satélite sino-brasileño, previsto para fines de 2012, para mejorar la vigilancia de los ecosistemas.
El monitoreo satelital de la Amazonia iniciado en 2004 permitió a las autoridades combatir más eficazmente la deforestación en el bosque húmedo y en los últimos años se extendió a otros ecosistemas.
La destrucción de la Amazonia brasileña cayó de 27.000 kilómetros cuadrados en 2004 a 7.000 kilómetros cuadrados en 2010, en gran parte gracias al monitoreo del INPE. El bosque húmedo enfrenta la presión de los madereros además de los productores de soja y ganado.