La gran responsabilidad de ambos lí­deres polí­ticos


JORGE_ANDRINO

Guatemala tiene nuevo Presidente electo, así­ como también el nacimiento de un lí­der de oposición polí­tica. Otto Pérez Molina y Manuel Baldizón se constituyen como las personas con perspectiva polí­tica de más importancia para el paí­s, y todos los guatemaltecos esperamos con gran esperanza, como nos sucede cada cuatro años, que de manera conjunta, sociedad y gobierno, en coordinación con los partidos polí­ticos, desarrollen y ejecuten una agenda de nación.

Jorge Mario Andrino Grotewold

 


Atrás deben quedar los rencores de la campaña electoral, los ataques entre los grupos de apoyo y es necesario dirigir los esfuerzos a enfrentar aquellos problemas graves del paí­s, tales como la inseguridad, la pobreza, el desempleo, la ausencia de salud y educación, entre otros tantos de igual importancia, como el combate a la corrupción, la gestión de un medio ambiente sostenible y la modernización del Estado, para solo mencionar algunos.

La visión del partido ganador debe orientar sus esfuerzos a alcanzar acuerdos y consensos en los temas que se consideran prioritarios, sin pretender trazar todo un programa que cambie al paí­s en cuatro años (eso no es posible), y así­ alcanzar resultados rápidos, que oxigenen las variables para los habitantes del paí­s.   Debe ser ejemplo de una ejecución presupuestaria impecable y transparente, pero siempre dirigidos a los aspectos más necesarios y urgentes.  Ese es el gran reto del primer año de gobierno.

Un segundo año hasta el cuarto, serán los ejes para trazar rutas técnicas y propuestas efectivas que busquen, mediante un mecanismo sistémico, iniciar un camino para el cambio del Estado, desde su sociedad y sus habitantes, hasta los mecanismos propios de hacer polí­tica, y con ello la reforma al sistema polí­tico del paí­s, urgentemente necesario para tener una visión de largo plazo.  Ese camino es sin duda el más difí­cil para el paí­s y para sus nuevos gobernantes.  Aquí­ es donde se produce el cambio de un polí­tico a un estadista, y que sin intereses partidistas o sectoriales, tomando decisiones difí­ciles y valientes, inicien el proceso de cambio para Guatemala.

Pero el gobierno no puede pretender hacerlo solo. Ya se conocen errores graves de gobiernos anteriores, incluyendo al actual, en donde hubo un cierre de filas por no compatibilizar agendas polí­ticas e ideológicas, lo que promovió enfrentamientos polí­ticos y bloqueos por parte de grupos organizados, de la sociedad y de los sectores tradicionales del paí­s, quienes velan por sus intereses.   El nuevo gobierno debe generar espacios de coyuntura para lograr manifestaciones claras de proyectos integrales de beneficio al paí­s, coordinando el beneficio para todos los sectores involucrados. Pero su gran reto es lograr un consenso polí­tico con la oposición.

Esta situación, convierte a Manuel Baldizón y a sus aliados, en un engranaje importantí­simo para el paí­s y su futuro en los próximos cuatro años.  Los éxitos polí­ticos deben verse como resultados integrales entre Ejecutivo y Legislativo, para modelar procesos de beneficio nacional. Esto incluye acciones propositivas de parte de los sectores representados en ambos poderes estatales y la tolerancia necesaria para sentarse a la mesa y discutirlos con inteligencia.

Si la llamada oposición polí­tica, integrada por múltiples sectores no se convierte en una verdadera lí­nea polí­tica de apoyo a la gestión del Estado, sobrellevando las decisiones que son importantes para el paí­s, entonces tendremos un nuevo conflicto polí­tico, enfrentamientos legislativos y tradicionales acusaciones entre los sectores públicos.  Manuel Baldizón debe generar una lí­nea de resultados efectivos para el paí­s, dándole la sinergia de madurez polí­tica de un lí­der de la oposición que no solo busca el protagonismo electoral, sino verdaderos cambios, similar a lo que ya realizó con el apoyo a los adultos mayores.

Guatemala renueva su esperanza, y la sociedad estará esperando nuevos caminos, nuevas ideas y cambios integrales, en corto tiempo para lo urgente y en mediano para lo importante, pero solo con todos los actores participando al mismo tiempo podremos alcanzar los resultados deseados.