Problemas técnicos retrasaban el martes los cómputos de la histórica elección presidencial en Timor Oriental, pero los observadores nacionales e internacionales se felicitaban de la normalidad en que se desarrolló el evento.
El martes a medio día, sólo las oficinas de votación de la capital Dili habían comenzado el conteo, indicó la Comisión electoral.
Los primeros resultados, aún parciales, parecen mostrar una clara baja del partido en el poder, el Fretilin. Su candidato, Francisco «Lu-Olo» Guterres sólo llegaría en tercera posición.
El actual Primer Ministro José Ramos-Horta obtendría casi 30%, siempre sólo en la capital Dili, seguido de Fernando «Lasama» de Araujo, ex prisionero político de Indonesia y presidente del Partido democrático, con 25%.
Ningún candidato conseguiría un 50% de los sufragios, lo que hace pensar que habrá una segunda vuelta el 9 de mayo.
Esta primera elección presidencial desde la independencia de 2002, destinada a designar al sucesor del actual jefe del Estado Xanana Gusmao, hizo temer un estallido de violencias en este pequeño país de un millón de habitantes.
El año pasado, los enfrentamientos políticos provocaron 37 muertos y 150.000 desplazados y el envío de una fuerza internacional de paz.
Pero la votación se desarrolló «sin incidente mayor como violencias o intimidaciones», se felicitó Atul Khare, responsable de la misión de las Naciones Unidas.
El verdadero desafío es ahora hacer aceptar los resultados, y en particular la derrota, destacó.
El secretario general de la ONU, Ba-Ki-moon, se mostró satisfecho por el «ambiente general de orden y de calma» en que se desarrolló la elección, al tiempo que saludó «los primeros indicios de una fuerte participación».
Ban «espera que el conteo de los votos y el anuncio de los resultados se harán en calma», según un comunicado de su gabinete.
En vísperas de los comicios, el presidente Gusmao había llamado a la calma y al respeto de la democracia. Cuatro de los ocho candidatos dijeron temer que hubiese fraude y maniobras de intimidación de los electores.
Por otra parte, doscientas personas habían sido detenidas en las semanas anteriores al voto, por temor a que pudiesen fomentar desórdenes.
Ocho candidatos se disputaban los sufragios de medio millón de electores.
Según las constataciones en el terreno, la participación fue importante.
Este fenómeno sorprendió incluso a los responsables electorales que de urgencia tuvieron que abastecer por helicópteros varias oficinas de votación debido a la falta de papeletas.