Arrestan a 176 policí­as por ví­nculos con delincuentes


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Las autoridades hondureñas arrestaron a 176 policí­as por presuntamente haber participado en secuestros, extorsiones y narcotráfico, se informó oficialmente ayer.

TEGUCIGALPA Agencia AP

«Sospechamos que ellos (los detenidos) están aliados con bandas de delincuentes dedicados a secuestros, robo de carros, drogas, extorsiones y otros delitos del crimen organizado», dijo el vocero de la Secretarí­a de Seguridad, Silvio Inestroza.

«Los 176 han sido señalados por cometer esos y otros delitos, y son investigados por la fiscalí­a», añadió.

Tras las detenciones de la noche del miércoles, el presidente Porfirio Lobo afirmó ayer ante periodistas que «como institución, fortaleceremos a la policí­a, pero previamente debemos sacar las manzanas podridas para sanearla».

El mandatario sostuvo que «la depuración policial se realiza respetando el debido proceso y sin violar los derechos de los policí­as».

Advirtió que su gobierno pronto dará a conocer sustanciales anuncios concernientes a nuevos mecanismos puestos en marcha «para que los hondureños recobremos la confianza en la policí­a».

Los oficiales arrestados pertenecen a unas ocho estaciones de la zona sur de Tegucigalpa.

«Esta gente, en lo personal, me llena de vergí¼enza», aseguró por su parte el ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla.

El funcionario informó que «gradualmente investigaremos todas las estaciones de la policí­a en el territorio nacional a fin de depurar nuestras filas de la corrupción».

La situación se produce después de que Lobo destituyó el lunes a seis altos oficiales del cuerpo policial después de que estos dejaron libres a cuatro agentes sospechosos de asesinar hace una semana al hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma.

Los hombres salieron del cuartel el viernes, pese a estar bajo custodia policial, pues eran investigados por el asesinato de los estudiantes Rafael Vargas, hijo de la rectora universitaria Julieta Castellanos, y su amigo Carlos Pineda.

Los cuerpos de Vargas, de 22 años, y Pineda, de 23, fueron encontrados el 24 de octubre tirados a la orilla de un precipicio en las afueras de Tegucigalpa, cada uno con un disparo en la cabeza.

Tras conocer la fuga de los presuntos asesinos de su hijo, Castellanos acusó a la policí­a de ser «un monstruo de la sociedad».

Algunos jefes policiales han denunciado repetidamente en público que el cuerpo está infiltrado por pandilleros y narcotraficantes.

En 10 años el gobierno ha separado a unos 4.000 policí­as por corrupción, de los 14 mil que forman la entidad.