Bueno, pues, por fin llegó la hora de la decisión definitiva sobre quién será nuestro caudillo durante los próximos cuatro años y elegiremos, para bien o para mal, al próximo Presidente y la Vicepresidenta de la República, hasta el remoto año de 2016 (el 14 a las 14), cuando muchos podremos estar bajo tierra y otros, continuarán viviendo en este valle de lágrimas.
El presidencialismo en Guatemala es determinante en la conducta política de la sociedad en general, y es por ello que la designación del nuevo presidente es casi como esperar que después de haber participado en infinidad de loterías y rifas, esta vez, sí nos saquemos el premio mayor con la llegada a la jefatura del Ejecutivo de una persona que busque el bien común, el mejoramiento integral del país y que anteponga cualquier interés personal, sectario y de cualquier índole, al interés general de los guatemaltecos.
Esta vez, por primera ocasión en nuestra historia, una mujer será la que llegue a la vicepresidencia. Lo más importante para esta fémina, llámese Roxana o Raquel, debe ser dignificar a la vicepresidencia en sí y darle el papel preponderante aunque minimizado que la Constitución le asigna y no ser una figura detrás del presidente como el caso actual del doctor Espada a quien le deseo muchos años de ejercicio profesional como médico, en donde estoy seguro será más útil y no volverse a meter a la política en donde nos demostró que es bueno para hablar pero muy malo para actuar. Siempre he creído que una mujer puede aportar al país tanto o más que lo que aportan los varones y que, con contadas excepciones, la mayoría tiene al menos un poco más arraigado el sentido de la honestidad que sus compañeros masculinos. Ojalá que así sea.
Personalmente no conozco a la señora Baldetti, aunque sí a la señora Blandón, desde las aulas universitarias de Derecho en la Usac pero independientemente de ello, estimo que ambas están en igualdad de condiciones en relación a su capacidad, inteligencia y trabajo.
Con los candidatos presidenciales ocurre lo contrario, conocí al general Otto Pérez Molina y mantuvimos vínculos constantes, exclusivamente de trabajo, durante los dos años y meses del ex presidente y amigo de siempre Ramiro de León Carpio. í‰l, como jefe del Estado Mayor Presidencial y yo, como Secretario General de la Presidencia. El ahora candidato fue siempre reservado e introvertido y nuestros acercamientos, repito, eran por razones de trabajo, aunque siempre lo he considerado como una persona responsable, discreta, capaz de tomar decisiones y leal con sus amigos, lo cual me consta por su proximidad con Ramiro a quien sirvió con eficacia y entrega. Quizás lo único que veo con recelo del candidato es su excesivo acercamiento con el llamado «sector privado» que después del narcotráfico ha sido el poder paralelo más influyente en las decisiones de Estado, sobre todo para seguir beneficiándose ellos mismos, para lo cual ha sido un permanente «aliado» de dictadores, genocidas, «demócratas» y demás corruptos que nos han gobernado. Ojalá que si llega a ocupar la Presidencia, sepa mantener la distancia con este poder que debe de «mantenerse en su columpio», como dijo uno de sus más distinguidos miembros, pues aunque sean «financistas», el general Pérez ya estará sentado en la silla presidencial.
Al doctor Manuel Baldizón no lo conozco más que por sus apariciones públicas y entiendo que tiene una buena preparación académica, así como dinamismo y entrega a su trabajo. Poco puedo decir de él, fuera de lo que proyecta públicamente, sin embargo, si bien él puede ser una opción viable para los guatemaltecos, personalmente, dudo mucho de las alianzas que ha tenido y de la gente que lo rodea. Entiendo que hay que captar todos los votos que se puedan, pero ir de la mano con gentes y entidades que hieden a corrupción, inmoralidad y falta de patriotismo no me parece. Si no me cree vea a Joviel Acevedo, o busque en la UCN y el PAN o en algunos dirigentes sindicales o de la «sociedad civil,» para comprenderlo mejor. Bien dice el dicho que más vale solo que mal acompañado, pero esto no se aplica en las elecciones, ni en la política.
De cualquier manera, el destino está depositado en las manos de los chapines, ellos sabrán cuál es su mejor opción y su voto debe ser respetado sea cual fuere la decisión que tome. En este sentido, aparte de lo atípico de estas elecciones, parte de las cuales se resolvieron previamente en los tribunales, en la Contraloría y en el propio Tribunal Supremo Electoral, es necesario que este último organismo, el peor que ha existido desde que se creó tal institución, dentro de la gran cantidad de errores, gastos millonarios, discrepancias entre sus miembros y otras entidades, desorganización de primera, etcétera, al menos dé a conocer lo más rápidamente posible los resultados electorales y que lime asperezas con el Ministerio de Gobernación, con el objeto de que la seguridad necesaria sea prestada adecuadamente. (Recuerden que después descansarán tres añotes por lo menos, ganando jugosísimos salarios).
Independientemente de quienes resulten ganadores, este nuevo gobierno enfrentará retos muy grandes entre los que destacan principalmente la falta de recursos y el excesivo endeudamiento que este gobierno nos dejó a los guatemaltecos y la violencia inconcebible que estamos sufriendo. Fuera de estos que a mi entender serán las prioridades, habrá que reforzar la salud, la educación y combatir la extrema pobreza, pero fundamentalmente recobrar lo que antes existía casi siempre bajo el imperio del terror y el miedo: el respeto a la ley y su fiel cumplimiento para terminar entre otras cosas, con la impunidad y la corrupción. Que así sea.
LO BUENO DE LOS CHAPINES. Aunque si vemos el panorama general de nuestra Patria, nos llenamos de tristeza y desesperanza, hay ocasiones muy contadas, en que nuestra alma se ilumina como el triunfo de estos gladiadores, la mayoría patojos de escasos recursos, que fueron a dar un ejemplo claro de lo que se puede hacer con dedicación, empeño y valentía, al ganar 15 medallas, 7 de oro, en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Gracias muchachas y muchachos por estos momentos de alegría, son ustedes lo bueno de Guatemala y sigan adelante aunque los del deporte no los apoyen como se debe y sus dirigentes se llenen los bolsillos de plata. ¡GRACIAS, GRACIAS, PATOJAS Y PATOJOS!