La población esperaba que durante los meses de septiembre y octubre los binomios presidenciales, que por el número de votos que obtuvieron pasaron a la segunda vuelta, hubieran tenido la capacidad de aclarar su propuesta de gobierno en los foros, en los spots publicitarios y en los mítines a los que han concurrido. Sin embargo, esto no ha acontecido, ambos candidatos presidenciales cambiaron en buena parte los colores de sus trajes y corbatas, coincidiendo en el azul bandera; sus spots y vallas publicitarias los presentan, tanto a Otto Pérez como a Manuel Baldizón, sonrientes, como un anuncio de pasta dental, chocando en parte con lo que ha sido durante tantos años su imagen y personalidad.
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Más complicado aún, sus ofertas políticas y sociales se han revuelto. Otto Pérez aparece ofreciendo duplicar los apoyos económicos a la tercera edad, diciendo que entregará fertilizantes y semillas, que controlará los precios de la canasta básica y ampliará el contenido de la Bolsa Solidaria.
Manuel Baldizón mantiene la sonrisa pero se vuelve mucho más agresivo en los foros, especialmente en el foro de la Asociación de Gerentes que inexplicablemente establece la norma que no puede utilizarse documento alguno, evidenciando con ello que se puede hacer señalamientos verbales pero no respaldar los mismos. En su discurso, fuera de volverse más agresivo, explica de una manera desconcertante la forma en que reestructurará el sistema impositivo, inclusive plantea que suprimiría el Impuesto al Valor Agregado, hecho que en ningún país moderno que ha establecido un flat tax, lo ha planteado, mucho menos suprimido.
Es tanto el cambio de planteamientos que quienes los observan, quienes los analizan, quienes se informan de lo manifestado se confunden, indudablemente sienten que se ha producido una mezcla de planteamientos mutuos, lo que desvirtúa la identidad de uno u otro binomio. Ya son pocos los días que median para que la población votante pueda encontrar una clara diferencia y así poder inclinarse por uno u otro binomio.
A todo ello se agrega que de nuevo las pocas encuestas publicadas no inspiran confianza, ni certeza en sus números, a lo que para el colmo debemos de agregar que de una manera improcedente el Tribunal Supremo Electoral pretende, en un número de municipios, retirar las mesas de las áreas rurales de votantes y dejarlas exclusivamente en las cabeceras municipales, retroceso que desprestigia todavía más el proceder del TSE, hecho que además implica favorecer a uno de los dos binomios, que como las mismas encuestas lo han señalado es más fuerte en el voto que se produce en los centros urbanos que en el área rural. Imaginémonos lo que esto significará si la diferencia en votos es mínima como la que se produjo en la elección en la que fue electo ílvaro Arzú en segunda vuelta, cuya diferencia fue 30 mil votos, número de sufragios que perfectamente puede ser el que exista en mesas electorales en todos los municipios fuera de la cabecera municipal en cuestión.
Para terminar de revolver y complicar el panorama, es evidente que el Partido Patriota ha continuado rebasando su techo de gasto electoral sustancialmente y por esta razón se ha dicho por el auditor del TSE que podría ser sancionado y suspendido, lo cual implica que no podría permanecer como partido activo.
En conclusión, el tiempo que ha mediado entre la primera y segunda vuelta ha sido desaprovechado y con ello se hace aún más incierta la próxima elección, se ha venido a confundir y complicar el espacio electoral.