Los habitantes de Timor Oriental votaron masivamente hoy para elegir al nuevo presidente de su pequeño país azotado por la pobreza y la violencia, y llegaron a provocar una «situación de emergencia» debido a una escasez de papeletas.
«Hay una situación de emergencia en todos los distritos debido a unas colas todavía largas cuando se han agotado las papeletas de votación», indicó Martinho Gusmao, portavoz de la comisión electoral nacional.
La Administración Técnica para la Secretaría Electoral (STAE), que ayuda a gestionar los comicios, precisó a media tarde, poco antes del cierre de los colegios electorales, que «estaba respondiendo a la necesidad de papeletas suplementarias en algunos lugares», con ayuda de la misión de Naciones Unidas.
Dos helicópteros de la ONU y un tercero de la fuerza de mantenimiento de la paz efectuaron cuatro «intervenciones rápidas para solucionar problemas de escasez de papeletas de votación», precisó la STAE en un comunicado.
«Debido a una jornada electoral pacífica y exitosa, se observó un índice de participación elevado por la mañana y al comienzo la tarde», agregó el texto.
A pesar del temor a la violencia, no se señaló ningún incidente.
Algunos timorenses, pacientes, esperaron horas para poder ejercer su voto, un derecho al que no están acostumbrados.
Estas elecciones, las primeras desde la independencia en 2002, permitirán encontrar un sucesor al carismático presidente Xanana Gusmao, quien no opta a la reelección.
Un total de 232 observadores extranjeros supervisaron los comicios, mientras 1.645 policías de la ONU, originarios de 41 países, fueron desplegados para reforzar a los 3.000 agentes locales.
«La población saldrá ganadora. Independientemente de los resultados, considero que la democracia triunfará si todo el mundo los respeta», declaró el más conocido de los candidatos, José Ramos Horta, que fue «la voz» de Timor Oriental durante la ocupación indonesia (1975-1999).
La victoria se jugará entre este premio Nobel de la Paz, Fernando Lasama, del Partido Demócrata, y Francisco Guterres (alias Lu Olo), del Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente (Fretilin), una formación marxista que simbolizó la lucha por la independencia.
Este último se mostró confiado en su éxito. «Sí. Tengo confianza desde el principio», afirmó. El Fretilin es un partido histórico con una fuerte implantación en Timor Oriental, pero sus dirigentes se desgastaron en el ejercicio del poder desde 2001.
Esta joven nación, sumamente católica, es una ex colonia portuguesa desestabilizada además, desde hace un año por una violencia cuyas raíces son difíciles de extirpar.
Por otra parte, varios candidatos acusaron al Fretilin de maniobras antidemocráticas, entre ellas la intimidación de aldeanos.
«Está bastante extendida», denunció el lunes Ramos Horta.
Sin embargo, Finn Reske Nielsen, representante del secretario general de Naciones Unidas, estimó que el proceso electoral se desarrollaba correctamente.
Los primeros resultados significativos se conocerán el jueves. Si ninguno de los candidatos logra el 50% de los votos se organizará una segunda vuelta el 9 de mayo entre los dos más votados.