Knut superstar


Visitantes. Miles de personas han visitado el zoológico de Berlí­n para observar al pequeño Knut.

Ha sido carátula de revistas frí­volas y atrae cada dí­a a miles de fans, su historia es materia de canciones y su figura se luce en camisetas y posters: Knut, el actual í­dolo número uno de los alemanes, es un bebé oso polar, la estrella incontestada del zoo de Berlí­n.


Rechazado por su madre al nacer, el 5 de diciembre pasado, y alimentado desde entonces con biberón por empleados del zoo, la adorable bola de pelos tení­a todo para atraer el afecto del público, pero desde su primera aparición en público, el 23 de marzo, se ha impuesto como una vedette.

Ese dí­a, unos 500 periodistas, entre ellos un centenar de representantes de canales de televisión del mundo entero, se agolparon delante del recinto donde vive Knut para verlo corretear.

Desde entonces la locura por el osito recorre el paí­s. La revista Vanity Fair, en su versión alemana, le consagró esta semana su carátula, titulando: «Yo, Knut, star mundial llegada de Alemania». La semana pasada, la carátula estuvo dedicada a la canciller alemana, íngela Merkel.

En el zoo de Berlí­n, ante el recinto del tierno cuadrúpedo, la gente se amotina cada dí­a, entre las 11H00 y 12H00 y, luego, entre las 14H00 y las 15H00, cuando aparece ante el público la estrella.

En medio de un griterí­o impresionante, los niños, trepados en los hombros de sus padres, fotografí­an al osezno con sus teléfonos móviles, mientras los adultos se trepan a los banquitos que han llevado para la ocasión.

Incluso las personas de edad se enternecen: «Es tan bonito, tengo ganas de tomarlo en mis brazos», se extasí­a Inge, una berlinesa de 75 años, que ha ido al Zoo «especialmente por Knut».

Los niños, por supuesto, no piensa diferente. «Es adorable, parece un osito de peluche», confiesa Paulina, 10 años, que ha venido con su familia desde la región de Dortmund (oeste) a pasar vacaciones a la capital y ha convencido a su madre de que se den una vuelta por el Zoo.

«Para mis hijas es un gran dí­a. En la casa solo hablan de Knut y han cubierto su habitación con sus fotos», explica por su lado Robin Hoeher, 37 años, que ha acudido con Toyah y Leonie, 5 y 8 años respectivamente.

La locura Knut es también comercial. En marzo, la frecuentación del Zoo se duplicó, y más, con respecto a marzo de 2006, con unos 200.000 visitantes, y una tienda especialmente ubicada cerca del recinto del osezno vende camisetas, tarjetas postales y, sobre todo, ositos de peluche…

Por otro lado, el Zoo ha depositado el nombre de «Knut» como marca comercial, ya que es una veta vendedora: ahora hay caramelos, música -dos CD a su gloria ya se venden- y su foto pronto estará en las tarjetas de crédito de un banco berlinés.

«De aquí­ a mediados de año, o a más tardar a fines de año, esta locura posiblemente habrá caí­do», predice Andre Schí¼le, uno de los dos veterinarios del Zoo.

«En diciembre, Knut pesará entre 80 y 100 kg y se volverá peligroso para sus cuidadores. Ya no será un adorable osito de peluche…», dice.

200 mil visitantes ha recibido el zoológico de Berlí­n para apreciar al osezno.