Los que aplauden las firmas de los TLC sólo ven la parte positiva, pero no examinan la negativa. Véase la demanda de 65 millones de dólares por la Empresa que gobiernos nefastos regalaron el ferrocarril, y además del regalo quieren financiamiento para ponerlo en marcha; hubo necesidad de que otro gobierno lo declarara oneroso, pero la Empresa gringa basada en los términos negativos que contiene el fementido TLC con los gringos alegan daños y perjuicios. Pero no sólo eso, el TLC es una forma cuasi legal por la que las grandes Empresas evaden impuestos, que bastante falta hacen a nuestro pobre país para obras sociales, educación, etc. Los sabios y largos que se ocupan de los tratados como los TLC sólo ven el derecho de su nariz y no los del país.
Gerardo Alvarado / A1-172939/strong>