El colombiano Juan Pablo Montoya está entre los muchos pilotos de la serie NASCAR que piden a la gente que se tranquilice después del accidente en que Dan Wheldon quien falleció hace casi una semana.
Los días posteriores al espantoso choque colectivo de ayer han estado dominados por un aluvión de conjeturas, desde la velocidad pasando por posibles modificaciones en los carros de la IndyCar y hasta las carreras en pistas con alto peralte como el autódromo de Las Vegas.
«Cuando estuve ahí, llegamos hasta más de 256 millas por hora (400 kilómetros por hora) y promediamos más de 240 millas por hora (385 kilómetros por hora), y estaba bien», dijo Montoya, ganador de las 500 Millas de Indianápolis en el 2000. «Es parte de esto. Es parte de lo que ofrece el deporte. Es emocionante».
Sin embargo, Montoya dijo que se pueden hacer cambios a los bólidos para evitar el amontonamiento de carros, lo cual influyó en la colisión de 15 vehículos.
«Sólo tienen que hacerlos un poco más difíciles de manejar», dijo Montoya.
La conducción de los carros puede dificultarse con una reducción en el agarre, lo que forzaría a los pilotos a usar más el freno y no dejarlo abierto en todo momento. Danica Patrick hizo alusión a esos momentos después de la carrera del domingo, al decir que muchos pilotos se negaron a dejar de acelerar para no ser vistos como unos cobardes.
Patrick afirmó que dejó de acelerar, y el líder de puntos en la NASCAR Carl Edwards comparte esa manera de pensar.
«Creo que el mayor riesgo que enfrentamos en estas pistas es que un carro esté a un lado o arriba y sea golpeado por otro carro», dijo Edwards. «Creo que si uno escucha a algunas entrevistas a personas después de estos accidentes, se enorgullecen de decir que mantuvieron el pie (en el acelerador) y siguieron acelerando cuando hay un accidente».
«Yo creo que esa idea es terrible. Creo que es negligente y quizá gravemente negligente. Si podemos deshacernos un poco de esa mentalidad creo que esta carrera es casi tan segura como puede ser».