La extensión de los monocultivos, la falta de políticas de Estado para atender la conflictividad agraria y los eventos naturales, ponen en riesgo la seguridad alimentaria de miles de campesinos del litoral Pacífico, denunciaron algunos dirigentes.
Rafael González, del Comité de Unidad Campesina (CUC), expresó que la extensión de cultivos, como palma africana, caña de azúcar y hule, entre otros, ocupa grandes extensiones de tierra, lo que relega a segundo plano a los campesinos que arriendan tierras para la siembra de granos básicos.
A decir de González, la falta de políticas públicas del Estado, con la complicidad del gobierno, facilita a los empresarios el uso de la tierra y reduce los espacios para la siembra de maíz, frijol y arroz, imprescindibles en la mesa de las y los guatemaltecos.
Mauro Bay, dirigente del Comité de Desarrollo Campesino (CODECA), lamentó que el gobierno de ílvaro Colom no haya atendido la problemática agraria planteada desde antes de su gestión, lo que vulnera las posibilidades de desarrollo de las grandes mayorías.
Bay indicó que el campesinado guatemalteco aún sufre los rezagos de las tormentas Agatha y Alex, las más recientes registradas antes de la depresión tropical 12 E, que dejó miles de pérdidas en el campo de la costa sur.
Tanto González como Bay coinciden en que las condiciones de abandono en que tiene el Ejecutivo al sector campesino ponen en riesgo la seguridad alimentaria, ya que hasta hoy no se ven planes de contingencia para paliar la crisis provocada por los eventos naturales que acabaron con cientos de hectáreas de maíz y frijol, principalmente.